domingo, 26 de diciembre de 2010

Vamos cerrando el año 2010. Así que empecemos la historia de su fin con un regalo poético para los fantasmas que circulan por este despoblado sitio...


NO SÉ QUÉ HAGO AQUÍ
Leyendo dizque versos
De poemas humanos e
Inteligibles, pasillos
Luminosos
De un libro inhabitable
¿Dónde estará la voz de
Mi cotidiana furia cuando
Me someto a lamerme en
Público las pésimas heridas?
Esa voz simple, mortal
Nada estruendosa,
¿Dónde diablos se mete cuando
Mi poquedad más la necesita?
En medio de tanta investidura,
¿Qué tronante destino
Se atreve a confundirme?
No sé qué hago aquí
Leyéndole flaquezas a una
Fatalidad que se enternece,
Haciendo de pesares lugar de
Pedrería
Algo me dice que hay que
Ponerle punto final al
Desamparo, cambiar de ruta
Destripar nerviosos días, y
Salir definitivamente airoso
Del susto incomparable, hacia
La dulce paz donde canta la
Muerte


ADENDA: No se sabe aún qué irá a pasar jurídicamente con la Fundación Festival de la leyenda Vallenata. En todo caso, el Festival Vallenato del próximo año, con Fundación o sin ella (en manos privadas o en manos oficiales), está llamado a dar ejemplo de diafanidad. Es hora de acabar decisivamente con la corrupción galopante en el medio festivalero de la música vallenata o de acordeón. Y qué mejor que su máximo evento, realizado año tras año en Valledupar-Colombia, empiece esta gesta ética, educativa y radicalmente salvadora. Así pues, en lo tocante al concurso de canción vallenata inédita, ya es tiempo de atender la propuesta de un gran conocedor del tema: el maestro y compositor Rosendo Romero. En efecto, fabuloso sería que las canciones se inscribieran con varios meses de antelación (si no recuerdo mal, El poeta de Villanueva se refirió a seis meses; pienso que dos o tres meses estaría bien). Se trata de evitar el oportunismo, la coyuntura, la fábrica de canciones por encargo y para el evento de turno, etc. Fabuloso sería también que la preselección para la Primera Ronda esté a cargo de un jurado realmente idóneo, con conocimiento integral del tema, que sepa identificar la magia y el intríngulis de la verdadera poesía, y por sobre todo con una honestidad a prueba de colombianas descomposturas. Un pre-jurado plural y regionalmente democrático que goce, además, de todo el tiempo requerido para examinar las veces que sea necesario canción por canción (no hay que olvidar que son, por lo general, más de trescientas obras), desechando todo aquello que a todas luces se muestre construido desde la falsedad y la inmediatez. Y otro elemento importante que seguramente causaría escozor en compositores con puesto fijo: que cada personaje responsable de esta preselección se comprometa a no revelar su designación so pena de algún simbólico y ejemplar castigo, y que ejerzan tan prestigiosa labor sin conocer los nombres de los autores. Canciones inscritas con seudónimos, y en sobre cerrado, bajo el cuidado de algún insobornable espécimen en vía de extinción, la identificación de los mismos. Suena bien, difícilmente aplicable pero se oye bien. Bueno, no es más por ahora. Queda esbozada la propuesta. Me despido pícaramente soñando...


FBA

lunes, 13 de diciembre de 2010

UN TRIUNFO PARA EL SINÚ Y PARA SAHAGÚN...
Para la poesía, para insistir en la necesidad de que el elemento textual de la canción vallenata avance por una senda distinta a la de la comercialización romanticona e insulsa.
Hasta el Festival Nacional de Compositores de San Juan del Cesar-La Guajira parece haberse contagiado. Al menos eso fue lo que percibí con respecto al concurso de canción inédita profesional en la noche del 12 de diciembre de 2010 siguiendo la transmisión en vivo de Telecaribe. El tema predilecto: el amor a la fémina, y a como dé lugar, sin vida, sin convicción, sin novedad, sin profundidad, sin fantasía. Y ni melódicamente se aproximan a las finalistas y ganadoras de años pasados. No alcancé a escucharlas todas pero sí a las que obtuvieron los dos primeros lugares y dos o tres más que aún no me explico qué o cómo hicieron para llegar a ser finalistas de un concurso de tanta importancia teniendo, además, una pésima interpretación en tarima. Importancia, por lo visto, ya más histórica que presente. Por un momento pensé que se trataba del festival comercial y mediático de Riohacha y no del festival sanjuanero donde la luna de Roberto Calderón, la canción eterna de Jacinto Leonardi Vega, las siete palabras de Curry Carrascal y el viejo de Adrián Villamizar han escrito páginas memorables. Por un momento pensé también en alejarme de una vez por todas de la música vallenata. Adentrarme, por ende, en confines musicales donde la poesía y la vida no desaparezcan como consecuencia del síndrome consumista que nos agobia. Pero no, aquí sigo, dando lora con el mismo cuento. El mal es general y paradigmático. Pero la resistencia es terca e inquebrantable. Me gustaría decir algunas cositas sobre el concurso de canción inédita clásica, pero como se trata de "pesos pesados" del folclor (me refiero a los cuatro compositores finalistas) prefiero no meterme por ahora en más problemas...
Bueno, la idea era compartirle a los lectores de este descalabrado blog una inusitada victoria de FBA. Su canción EL PINTOR DE LA VIDA, en ritmo de paseo, obtuvo el Primer Puesto, trofeo "Oro de Guaca", de la XIV versión del concurso de Poema Musical Inédito en el marco del XVIII Encuentro Nacional de Declamadores y Poetas, Chinú-Córdoba (diciembre 10, 11 y 12 de 2010). Lo resalto únicamente porque lo recibo como el reconocimiento a una lucha constante por dignificar la canción vallenata. Y por defenderla como ella se merece, aun corriendo el riesgo -proviniendo como provengo de la poesía- de ser objeto de críticas por parte de una intelectualidad desdeñosa que se cree de mejor familia artística.
En fin, para que la música y la poesía sigan haciendo de las suyas. Gracias YORDY TORRES por ponerle tu privilegiada voz y la complicidad de tu alma a este malhadado pintor. Te sobraste compañero. La gloria te aguarda.
Saludo cordial,
FBA

miércoles, 8 de diciembre de 2010

RECORDANDO VIEJAS PROSAS, VIEJOS DOLORES, VIEJOS NERVIOS...

"Regresé cansado a casa, quizá feliz. Un amigo derrotado, con cara de desagrado, soportó la locura de los versos. 1981 -me decía- ha sido un año pesado, especialmente pobre. Empero, qué podría faltarle a su existencia económicamente privilegiada, qué sinnúmero de circunstancias fatales contribuía en ese desmedro emocional, qué...

Madre telefoneó temprano... Montería, tierra natal, 2 p.m. en el aeropuerto, la noche anterior había bebido; segundo año de universidad, divertida e inexplicable ganancia. Diciembre trajo las mismas estrellas, mi escepticismo fulguró en los caminos poéticos del descanso mientras los pájaros seguían con la lucha cantora acomodados en los cables de la luz. Vacaciones de fin de año, sangre ensimismada del vínculo mayor en la tarea imposible de amargar mi vida, ya amargada de por sí.

Para el 6 de enero la familia había padecido los trastornos de las parcas, la muerte había dormido en el lecho de mi abuela materna. Mi abuela paterna se fue doce días después y su coronación estuvo rodeada del espectáculo politiquero de la región. Mi hermano mayor se quejó de eso, alegaba que sólo Padre o él, haciendo gala del verdadero arte, podían haber expresado tal sentimiento. El desfile de personas tremendamente conmovidas fue grandioso; los tíos políticos, manto de reflejos, acariciados por la adulación, entraron con las agallas propias del MRL y salieron con el recuerdo del general Rojas en el bolsillo orgulloso del pantalón. Todos hipócritamente interesados en el godo porvenir de mi padre. Hipócritamente, miserablemente.

No tardó en aproximarse la partida, ambiente anodino de mi pueblo que avivó nuevamente el solaz juego de las horas inertes. Medellín, vana ciudad donde sólo respiro una hora diaria. Ahora vivo con una tía-abuela. De Rubén Darío a Campoamor. Y pase lo que pase, estará siempre el refugio del silencio con el cascabeleo triunfal y pegajoso de esos versos libres, tornillo irreverente de la noble insania... (tornillo ausente, tornillo suelto, estado de necesidad de la cordura!).".

Treinta años casi de esta prosa que ahora transcribo desde el tumulto insignificante de un circunstancial recuerdo. ¿Qué agregar? ¿Qué suprimir? ¿Qué corregir? Padre y Madre ya no están. Hermano Mayor habita lejos, vital, inalcanzable. Demás hermanos y familiares próximos no sé si realmente existan (me incluyo). Solo una mujer hecha de lluvia temosa pone a secar su amor en mi traspatio. Y sin embargo, una insólita alegría que deduzco emanada del paso de los años escribe, canta y doblega, como si vivir y morir no fuera ya un asunto exclusivo de la más tenebrosa juventud. Se atreve entonces a darme goce pleno. A engañarme. Pero sé bien que la juventud y la muerte arrastran un vínculo poderoso, mientras la vejez y la vida a duras penas consiguen copular.

Permanecen los nervios. Fui portador de revolucionarios miedos. Los viejos rincones donde fui vuelo y faena desaparecieron bajo el azul de una duda revelada. Y aquí estoy, en algún rojo pueblo, fugaz como siempre, increíblemente tranquilo, y aún cerca, nunca a salvo, de la vieja casa donde mis padres alguna vez fueron eternos y felices...

FBA - Derechos Reservados

martes, 30 de noviembre de 2010

QUERERTE TODAVÍA después de amarte tanto
es como salvar del olvido el amor que es incierto
sembrarle dos penumbras al placer compartido
prometerte el infierno de seguirte adorando
quererte todavía es casi un disparate
y sin embargo
te gusta que te quiera con mi escasa ternura
te mata que me suba al calor de tu encierro
simulando dolores que en tu sombra germinan
procurando al bajarme no cargar tu equipaje
quererte todavía es como darte un beso oscuro
donde tienes el cielo, caer de tus delicias por
negros aguaceros, pasar por férreas dunas donde
mueves mi historia, sentir que nunca es tarde
para amar en silencio
quererte todavía después de amarte tanto
es sacar del camino la traición que aún te quiere
ayudarle a reírse al temor que te amarga
respirarte en la nuca los horribles veranos
quererte todavía es todo un despropósito
y sin embargo
me gusta complicarme al filo de tu anhelo
te gusta malgastarte al pie de mi desdicha
nos cansa este amorío que se nos va creciendo
a medida que los años nos acortan la vida
quererte todavía después de amarte tanto
quererte todavía, cuando ya nada es
eterno

FBA - Derechos Reservados

domingo, 21 de noviembre de 2010

UN NARCISO EN EL DESIERTO: Poema de ENÁN BURGOS. Escúchelo aquí en la voz de su autor (en español), por cortesía de PLEAMAR EDITORIAL.

Cordial saludo,

FBA


Link (Web) de Pleamar Editorial: http://pleamareditorial.free.fr/

sábado, 6 de noviembre de 2010


ALGO MÁS SOBRE MÚSICA VALLENATA:

Luego de haber publicado en este blog el artículo de mi autoría titulado EL VALLENATO: REALIDAD Y UTOPÍA, se generó una ardua discusión que contó con importantes comentarios por parte de distintas personalidades de este maravilloso género musical, los cuales se pueden leer todavía en la Nota que, a manera de enlace, creé y publiqué en mi Muro de facebook (los interesados me pueden agregar como Francisco Burgos A). No es el propósito de este complemento llover sobre mojado. Lo dicho, dicho está y asumo, como siempre, la responsabilidad plena. Hay verdades que duelen y debo decirlas y escribirlas sin circunloquios. Eso sí: sin creerme poseedor de ellas en términos absolutos. Sé de antemano que tendré opiniones a favor y opiniones en contra, pero lo importante es argumentar bien y con altura, en un sentido u otro. Necesitamos mucha tolerancia en un país de violencia centenaria donde opinar se ha convertido en un delito de lesa humanidad. Increíble que un artículo destinado, con muy buenas intenciones, a defender “nuestra música vallenata” de la pobreza sentimental y de las estulticias saltarinas del momento, reciba, a cambio, mensajes de texto vía celular cargados de afrenta y vulgaridad. Pero bueno, ésta es, lamentablemente, la Colombia que tenemos. Y hay que seguir intentando contemplar con meridiana objetividad el panorama, así me toque fenecer a contracorriente.

Con Rafael Ricardo comparto muchos de sus puntos de vista sobre este flagelo musical que en nombre de lo vallenato defeca sobre el vallenato. Cómo no voy a estar de acuerdo, por ejemplo, con su crítica a un Festival de la Leyenda Vallenata que se dice defensor del vallenato clásico y tradicional pero organiza, con indudable ánimo de lucro, presentaciones costosas y desproporcionadas de artistas internacionales ajenos a nuestra música, y hasta de artistas nacionales “vallenatos” que, en sus grabaciones comerciales, desdicen del folclor que los ha catapultado a la fama. Yo insisto en que poco o nada se le aporta a la causa vallenata al posibilitar escenarios donde el artista de turno toca o canta vallenato pero por fuera de los mismos toca o canta lo contrario. El año pasado pude constatar en la propia Web del Festival Vallenato los resultados de una encuesta bastante esclarecedora en torno a la verdad de la crisis que hiere profundamente el corazón de esta música popular: solo un pequeño porcentaje de las personas que visitarían Valledupar estaban interesadas en los concursos y en los eventos académicos. Los grandes espectáculos eran el desaforado objetivo de esa peregrinación engañosa. La mayor parte de la gente va a Valledupar, en época de Festival, pensando básicamente en asistir al concierto de Juan Luis Guerra, Daddy Yankee, Eddy Herrera, Sergio Vargas, Marc Anthony, Calle 13, etc. Recuerdo el caso de una señora que esperó hasta el día del concierto de su interés para viajar al Valle, en su automóvil y en compañía de sus hijas, ufanándose al irse de que los concursos no le importaban lo más mínimo. Y entre tanto, con esos precios de alta temporada, personas de verdad interesadas en la problemática que aqueja el alma de esta música tenemos que declinar una vez más, al mejor estilo de “Ausencia sentimental”, la posibilidad de visitar el Valle de los Reyes.

La expansión del vallenato continúa siendo la más voluminosa de las mentiras. Una cosa es que agrupaciones emanadas del vallenato clásico –o emparentadas por diversos motivos con su devenir histórico– interpreten el paseo, el merengue, la puya y el son en algunos eventos internacionales de carácter folclórico ante un público selecto, o que maestros como Santander Durán Escalona se presenten con sus canciones en tales escenarios y por idénticos objetivos, y otra, muy distinta, es lo que en términos comerciales, con Grammy enfermizo incluido, se viene presentando como vallenato. El problema fundamental es que esta expansión embustera cae de perlas, paradójicamente, para quienes se dicen adalides del “folclor”, pues, en últimas, no importa cómo se obtenga la difusión y profusión del vallenato, ni a qué costo, si con ello se garantiza aún más el acceso al erario cultural. Pero la música vallenata no debería servirse de tales mentiras, pues no necesita degenerarse para valer lo que vale. Es posible que conservándose o “evolucionando” en forma responsable y creativamente deseable no logre la penetración anhelada. No obstante, es preferible esto con tal de preservar la calidad de su horizonte artístico. Si de masificarla se trata, el énfasis debería ponerse entonces en el aspecto educacional y en la urgencia de controlar, desde el Estado mismo, expresiones propias de su criminal comercialización. No en balde la cumbia, el porro, la tambora, el bullerengue y otros aires musicales no han necesitado de distorsiones oportunistas para proyectarse a escala mundial. Quizá no tanto como se quisiera, pero es algo apenas natural, entendiendo positivamente los límites intrínsecos que el contexto sociocultural implica. Que avancemos, ¡magnífico!, pero jamás con el propósito de competir en términos hegemónicos sobre la base de fusionar o transformar, de la peor manera posible, la identidad de nuestra música.

Creo, pues, retornando al tema del Festival Vallenato, que hay que demostrar y exigir dignidad en estos menesteres. Darle la oportunidad a los grupos que de verdad, en su quehacer cotidiano, se preocupan por mostrar los valores culturales de la tradición; exigirle a los concursantes que, más allá de la coyuntura festivalera, sean consecuentes con lo que predican y practican mientras concursan, que antes y después demuestren, con creces, que no son únicamente perseguidores de suculentos premios. Esto se aplica tanto a acordeonistas como a compositores, pues, refiriéndome a estos últimos, mientras no dejen de componer basura para el mercado del disco va a ser difícil que la descomposición en boga se detenga. A estos compositores, que se precian de un éxito comercial sin precedentes a fuerza de ominosas lagrimitas, habría que impedirles el acceso a las tarimas festivaleras. Que experimenten la vergüenza de sentirse vituperados como consecuencia de su lucrativa contribución al imperio de la falsía.

Quisiera extenderme sobre la problemática de corrupción rampante en los festivales vallenatos y sabaneros, pero será la literatura la que tome cartas en el asunto. Un cuento de mi autoría titulado “El Compositor” y que hará parte de un libro de cuentos que aspiro a publicar en 2011, tiene en estos momentos la primicia. Qué mejor que el lenguaje de la “ficción” para ir más allá de la mera denuncia, y para evitar que los tergiversadores de profesión mancillen la dimensión de mis palabras. Por lo pronto, me limito a imaginar cómo me gustaría que el presupuesto del Ministerio de Cultura colombiano y otros presupuestos oficiales no se desangraran, año tras año, al servicio de intereses politiqueros y de malhechores que trapichean con el dinero del arte; cómo me gustaría que el negocio de eternos concursantes inescrupulosos y marrulleros jurados sin idoneidad se viniera estruendosamente abajo; cómo me gustaría que los festivales sabaneros dejaran de ser tan serviles a algunos vividores que enturbian la grandeza del mundo vallenato del que proceden; cómo me gustaría que los premios desaparecieran de los concursos; que los festivales se convirtieran, al igual que los festivales de poesía, en muestras representativas de obras importantes; que primen la educación y la cultura sobre la competencia y el individualismo; que las canciones inéditas lo sean en pos de trascendencia y no de coyuntura; que los bucaneros del folclor desaparezcan para siempre del mapa musical…

Bien. Quería escribir sobre “Vallenateando con Rafa” pero me traicionó otra vez la pasión que tengo por “mi música vallenata”. Quería y quiero expresar públicamente mi agradecimiento a su máximo gestor, Rafael Ricardo Barrios, por las generosas palabras con que se refirió en días pasados, en su programa de televisión, al autor de este blog. Con el maestro Rafa son, como dije, muchas las coincidencias afortunadas que todos los días incrementan y fortalecen mis convicciones. Su preocupación por el buen uso del idioma español, sus lecciones dosificadas de gramática, su rechazo al tema de los reencauches, su denuncia a la actual mediocridad del texto vallenato. En fin, no sólo demuestra, noche tras noche, amplio conocimiento del tema, sino que habla muy bien de él su capacidad de ser receptivo a la crítica bienintencionada. Desde aquí, un saludo especial que confía en que un programa como el suyo continúe afinando la puntería crítica, diversifique el legado autoral y se consolide, con éxito perdurable, como el espacio donde la gente comprometida con el cuento encuentre divulgación y predominio a fin de cualificar la resistencia vallenata. El buen vallenato se defiende por sí solo, es verdad. Pero, como van las cosas, no proponerse decididamente su defensa sería catastrófico. Sobreabundemos entonces en aportes que despejen el cielo de sus cuitas.

Abrazo sinuano,


FBA

martes, 26 de octubre de 2010

EL AUTOR DE ESTE BLOG, FRANCISCO BURGOS A (FBA), ESTARÁ PARTICIPANDO EN EL XVIII FESTIVAL DE LITERATURA DE CÓRDOBA (2010) CON DOS LECTURAS POÉTICAS: poemas de “Cantando a Destiempo”, “Un imposible viaje” e inéditos. He aquí la Programación:

XVIII FESTIVAL DE LITERATURA DE CÓRDOBA

ORGANIZA: EL TÚNEL

PROGRAMACIÓN

VIERNES 29 DE OCTUBRE:

INSTITUCIÓN EDUCATIVA SANTA ROSA DE LIMA: 8:30 A.M.

1. Poemas y cuentos de memoria a cargo de los miembros de El Túnel
2. Crónica de Lelis Movilla Bello.
3. Lectura de un cuento de Carmen Amelia Pinto.
4. Lectura poética: Francisco Burgos Arango.
5. Obsequio de libros.

ÁREA CULTURAL DEL BANCO DE LA REPÚBLICA: 4:00 P.M.

1. Coro: El Sinú, de Guillermo Valencia Salgado: estudiantes de la U. de Córdoba.
2. Intervención de Isaura Dean, Reina del XVIII Festival de Literatura. Tema: Papel de la mujer en la cultura.
3. Presentación de Cuentos para comenzar la noche, de Carmen Amelia Pinto.
4. Lectura de José Manuel Vergara: Elegía en varios tiempos.
5. Conferencia de Adolfo Meisel: Con Diomedes a bordo por las regiones del Caribe.
6. Poemas: Tratado de soledad, de José Ramón Mercado
7. Música: Grupo De aquí.

SÁBADO 30 DE OCTUBRE:

AUDITORIO CÁMARA DE COMERCIO: 8:30 A.M.

1. Documental de escritores.
2. Mery Suescún: décimas
3. Lectura del cuento Fandango: Eduardo Mendoza Portacio
4. Presentación de Genealogía del Bicentenario: Félix Manzur y Luis Mendoza de la E.
5. Teatro: Escenario humano, alumnos Institución Educativa Santa Rosa de Lima.
6. Ricardo Chica Gelis, del IPC de Cartagena: Significados del Caribe entre los medios de comunicación y cultura popular.
7. Lectura de Cuchillo de luna, de Cristo García.
8. Conversatorio: Animales en la literatura: Guillermo Tedio, Raymundo Gomezcáseres, Adolfo Ariza y Juan Santana
9. José Atuesta: Metáfora de los árboles.
10. León Sierra Uribe: Amor a tientas.
11. José Luis Garcés comenta el libro Mis mejores 80 poemas, de Cristo Saibis.
12. Música: Grupo de la U. de Córdoba.

AUDITORIO CÁMARA DE COMERCIO: 3:30 P.M.

1. Poema El Sinú, de Guillermo Valencia Salgado: estudiantes de la U. de Córdoba.
2. Carmen Salgado: Mis experiencias académicas en España.
3. Poemas y entrevistas de Jorge García Usta, en su voz. Intervención de Rocío García.
4. Lectura: Ricardo Vergara, Ignacio Verbel, Cristo García, Francisco Burgos, William Arroyo.
5. Heriberto Fiorillo: Cuentos de La Cueva.
6. Cristo Figueroa: Por qué y para qué escribía Germán Espinosa. Además, presentación de los libros Barroco y neobarroco en la literatura hispanoamericana y Germán Espinosa. Señas del amanuense.
7. Néstor Solera: ¿Por qué no tenemos una gran revista literaria y cultural independiente en el Caribe colombiano?
8. Guillermo tedio: El Grupo de Barranquilla, la revista Crónica y el cuento colombiano.
9. Música: Grupo de la U. de Córdoba.

DOMINGO 31 DE OCTUBRE:

AUDITORIO CÁMARA DE COMERCIO: 8:30 A.M.

1. Documentales de escritores
2. la Reina del Festival baila un ritmo típico del Sinú.
3. Lelis Movilla: Cuentos y crónicas.
4. Raymundo Gomezcásseres: Marchamos hacia la muerte con ingenua felicidad, convencidos y orgullosos de nuestras ideas.
5. Cristo Hoyos: Introducción a una posible historia de la plástica en el Sinú.
6. Lectura de un cuento de José Palomo.
7. Presentación de los tamboreros de Cartagena, delegación del I.P.C.
8. Premiación Concurso de cuento.
9. Música: Jorge Fuertes, pianista.

FBA

jueves, 21 de octubre de 2010

DESPUÉS DEL OLVIDO

cuando la indiferencia lance un último puñal
a tu presente y el tiempo del olvido
empiece a bosquejar la frustración
cuando esa tierra donde ya fracasas
no sea más el miedo que quisiste
y todo el silencio del mundo
te aplaste con un pie
cuando el dolor humano se quede sin
semblante, la vida sin problemas
el río sin militancia
cuando la noche pierda el sol de la poesía
y el amor siga queriendo
sin tu fugaz placer
cuando todo eso pase y los vencedores mueran
después de muchos brincos y risas y colores
y pedos que ignoraron la dicha de sufrir
este poema sin voz dirá que en el desierto
tu verso miserable desafió la tormenta
tu canción perniciosa se atrevió a delirar
esta lluvia de ruidos volverá de la muerte
cuando después del olvido
respires de verdad

FBA

miércoles, 6 de octubre de 2010

EL VALLENATO: REALIDAD Y UTOPÍA

Felipe Peláez y Manuel Julián Martínez, con su álbum musical “Más que palabras” (2010) generan, sin duda, mucha expectativa en el ámbito cultural de la música vallenata. Esperaría uno que un artista integral como “Pipe” Peláez, de Maicao-La Guajira, nos trajera a los seguidores de este desintegrado folclor buenas canciones, excelentes arreglos, diversidad temática, apuestas rítmicas novedosas, notas con sabor y estilo vallenatos. Si bien se logran algunas de estas cosas, con solo leer casi todos sus títulos se desmorona cualquier asomo de esperanza con respecto a la parte textual o literaria. Veamos: Te odio y te amo, Después de ti, Quiero amarte, No me dejes sin ti, Sólo reinas tú, Tu hombre soy yo, Amarnos, El amor triunfó, Hoy que volviste, Por estar contigo, Sólo tuyo, La que se fue se fue, Qué será lo que tienen, Tengo ganas, Y yo pierdo el año… Y entre toda esta parafernalia lacrimosa y en menor parte jacarandosa, por ahí, escondida, a un ladito, La gordita de Leandro Díaz. El reencauche vergonzante de siempre para continuar posando y lucrándose de lo que no son. Porque, duélale a quien le duela, de vallenato “Más que palabras” solo tiene, si acaso, la palabra.

He sido insistente en señalar que cada nuevo reencauche simboliza aún más el desbarajuste de un género musical estancado por el errado criterio comercial que hoy por hoy predomina. La evolución que reclamamos y defendemos tiene que ver precisamente con la narrativa, la lírica y la complejidad del mundo urbano. Tiene que ver con la poesía. Con la riqueza descomunal que da la vida. El amor, nadie lo niega, es un gran tema, pero no es el único. El “Canto Vallenato” que nos hace falta tiene tanto de pasado como de futuro, y sólo en la medida en que su presente se canalice constructivamente, permitiendo la presencia en los discos de nuevas obras sintonizadas con el curso multidimensional de su grandeza, será posible que nuestro vallenato (y lo digo paradójicamente desde la trinchera de mi Sinú ancestral) pueda reposicionarse como tal.

Si el maestro Alfonso Hamburger me escuchara o leyera, me diría seguramente que debería estar discurseando alrededor del porro y de la cumbia, y no del vallenato. Pero es que a veces siento que nací musicalmente en el lugar equivocado, pues, sin demeritar de mis raíces, es la música vallenata la que mueve preferentemente mis aguas interiores. En todo caso, un día de éstos dedicaré algunas líneas a la música de mis orígenes, aunque conviene de una vez precisar que cuando me refiero a “lo vallenato” no me circunscribo a la lógica ortodoxa de los cuatro ritmos (paseo, merengue, son y puya) ni al estilo con que se interpretan, como tampoco a la región que se acostumbra señalar. En mis comentarios críticos ha estado igualmente presente la defensa de un continente musical más extenso donde la “música de acordeón” tiene mucho que aportarle a la causa que nos convoca. Coincido con Hamburger en lo de la podredumbre y la crisis que golpean el sentir “vallenatero” actual; en la necesidad de que nuestros festivales sabaneros dejen el arrodillamiento y la dependencia con respecto al mundo de la “vallenatía”; en (como diría Adrián Villamizar) no rendirle más pleitesía a un poco de “loritos” que se desviven por ser invitados a nuestros eventos, donde se les ensalza sin mayores merecimientos ni requisitos.

Habría que profundizar también en nuestros propios ritmos para examinar qué pasa hoy en día con el transcurrir de su universo literario; qué tanto hemos avanzado en la búsqueda creativa de identidad; qué papel desempeña lo poético frente a lo bailable y lo meramente jocoso o placentero; qué otras expresiones de más amplio espectro hemos procurado a partir de la realidad cambiante que nos influye; qué criterios comerciales nos gobiernan; qué tanto nos hemos atrevido a trascender las fronteras del doble sentido, el machismo, la naturaleza festiva, el medio rural y la vanidad mujeriega. Yo no veo con malos ojos que un compositor sinuano o sabanero opte por componer paseos vallenatos. Lo malo es que, al hacerlo, se incline hacia la confusión arrítmica, la patología inarmónica, la pobreza sentimental y las letras de medio pelo; lo imperdonable es que poetas sempiternos como Hernando Marín, Carlos Huertas o Máximo Movil no alumbren la ruta por donde intentan transitar. Y lo malo es también que exploraciones humanas y vitales de mayor alcance no encuentren tampoco eco en las expresiones de nuestra propia idiosincrasia. Un compositor como Joaquín Rodríguez –por poner un buen ejemplo–, que muestra en sus canciones el acervo crítico y lírico de una sabiduría existencial pletórica de ritmos y melodías, es triste que no esté ocupando el espacio que se merece en las producciones que emanan de nuestra típica pero sobre todo inconmensurable forma de vivir. Pero así están las cosas, y vemos, además, en nóveles cantantes sabaneros la urgencia lamentable de competir con los vallenatos a partir de las mismas trazas y componendas para contar en sus discos compactos con canciones de la élite autoral que está de moda, prefiriendo, incluso, los desechos de estos laureados compositores a obras de muy buena calidad producidas por compositores oriundos de valles y sabanas pródigos asimismo en manifestaciones que caracterizan la esencia y el dinamismo del arte musical que nos alienta.

Vuelvo a “Pipe” Peláez para agregar que si a la comprobación epidérmica de los títulos de “Más que palabras” se le suman nombres de compositores, dan, en verdad, ganas de apagar y salir corriendo (Wilfran Castillo, con tres temas; Omar Geles, con dos; Iván Calderón; Tico Mercado; José Iván Marín, Alejandro Sarmiento…). Y lo digo con todo respeto, pues no dudo de la calidad de estos autores; me aparto radicalmente es de que sigan doblegados, por mezquinos intereses, al apetito voraz de quienes, en nombre de lo vallenato, están acabando hipócritamente, in crescendo, con la magia de esta música vernácula. Me aparto, sin dubitaciones, de la doble moral que los lleva a pavonearse en festivales como concursantes de canción inédita y a la hora de pensar en grabaciones se olvidan por completo de la dignidad y pervivencia de los grandes cantos. “Pipe” Peláez aprovecha muy bien su timbre de voz romántica para, con buenos arreglos y recursos instrumentales, pretender el mercado internacional que ve en “lo bonito” la expansión plausible del negocio vallenato. Pero el amor es mucho más que las ridículas tristezas de algunos despechados y las tontas creencias de algunos sobradores. El amor es también tragedia (no agonía), contradicción, alegría, familia, infancia, nostalgia, pueblo, ciudad, vejez, muerte, fraternidad, energía, descubrimiento…

Peláez sacrifica sus propias composiciones para darle paso a esta propuesta mentirosa que Iván Villazón y Jorge Celedón coadyuvan interpretando con “Pipe”, por separado, dos temas de esta producción ampulosamente corrompida por la melosidad del falso romanticismo. Lucho Alonso y Sergio Luis Rodríguez, como ha venido ocurriendo, están en el mismo cuento pero contienen sus canciones algo que las distingue y beneficia. Rolando Ochoa, por su parte, músico polifacético de importante tradición, no está con su Qué será lo que tienen a la altura de otros temas de su autoría, y Omar, Omar Geles, ¡por Dios!, sigue creyéndose el amante portentoso que está por encima de todos los hombres del planeta cuando de enamorar y hacer desfallecer a una mujer se trata, aunque reconoce al menos que en ocasiones pierde el año. Sigo a la espera de que alguna compositora se pellizque, y con la inteligencia y exorbitancia del alma femenina lo ponga magistralmente en su lugar. Entre tanto, bien por él, por su exitoso comercio, por sus infinitas conquistas. Pero mal, muy mal para lo que va quedando de la música vallenata.

A propósito de Iván Villazón, su nuevo disco al lado de Iván Zuleta titulado “Dando lidia”, compendia, ¡por fin!, una variedad temática interesante. No faltan, por supuesto, los melodramas y los reencauches pero la escogencia mayoritaria de temas rescatables refleja la indudable intención de meterse, como su título lo indica, en la pelea por la salvaguardia de un género musical que, excepto en festivales y en parrandas, no representa ya ni continuidad ni desarrollo. Está (no podía faltar) el componente amoroso pero tratado con finura y respeto: en tono menor, como en el paseo El guardián de tus sentimientos de Romualdo Brito; con contexto natural y geográfico, como en el merengue Ella lo sabe de Gustavo Gutiérrez y en Mi sueño eres tú de Hernán Urbina Joiro; en un José Alfonso “Chiche” Maestre que parece retornar a sus mejores tiempos con Lluvia roja, y en Amor y olvido de Enrique “Curry” Carrascal, si bien considero que este compositor sanjuanero es más, mucho más que Amor y olvido donde, en mi opinión, la intención poética se queda corta, domeñada por un brote (pequeño, aclaro) de facilismo que termina, quizá por descuido o ligereza, en el lugar común, cuando no en la mera mezcla de vocablos poéticamente atractivos.

Creo respetuosamente que “Curry” Carrascal no debe dejarse seducir por el éxito creciente de sus composiciones sentimentales y debería más bien aprovechar su cuarto de hora comercial para agregar ese tono provinciano, costumbrista, nostálgico y hasta sutilmente urbano que reflejan canciones como Siete Palabras y la que le compusiera a su progenitor “Lalo” Carrascal. En todo caso, es válido hacerlo enarbolando sus propios discos compactos, interpretando él mismo sus canciones. Con “Curry” Carrascal me ocurre algo similar a lo que he sostenido con respecto a su amigo Adrián Villamizar: no percibo a nadie mejor que ellos para ser los intérpretes de sus creaciones. No hay como la versión del compositor, dicen los entendidos, pero con estos dos personajes esta verdad (seguramente cuestionable) cobra suma contundencia. Las melodías de Carrascal adquieren en su voz un toque especial, personalísimo, que logra que lo romántico no se deje arrastrar por la neutralidad bobalicona, conservando la esencia del mundo vallenato al cual pertenece. Con Villamizar, sus cantos son tan suyos y verdaderos que sin él parecieran protestar y resentirse. Lástima que tales trabajos no logren la difusión que se merecen. Por cierto, ¿cuándo será que El Ángel Bohemio siga el ejemplo del “Curry” y publique, con irremplazable voz, esas joyas musicales del Cubanato? Una canción gigante como la que le compuso a un músico gigante como Richard Viloria difícilmente podríamos escucharla en lo que se viene mediocre y masivamente divulgando.

Me gusta, pues (sin los cuatro temas que intencionalmente dejo por fuera de este comentario), el CD de Iván Villazón e Iván Zuleta, especialmente cuando encontramos también en él canciones como El tapete azul de Fernando Dangond Castro, La lidia de John González, Tres guitarras de Leandro Díaz y Yuca con sal de “Beto” Daza. Se recuperan elementos tradicionales y se incorporan otras preocupaciones. En Yuca con sal se advierte no obstante un extraño error cuando en la segunda parte de la canción el chofer bandido acaba transformado en un “falso sinvergüenza”. Así las cosas, el embaucador no resulta siendo tan malo después de todo, no alcanza a ser calificado como verdadero sinvergüenza y la Yuca con sal pierde, por tanto, valor estético. Lo curioso es que el sabor vallenato de este trabajo discográfico no ha sido percibido –por lo que he escuchado en cercanos contornos– con la complacencia que podría esperarse. Tan mal estamos que pretender “lo bueno” se convirtió en “lo malo”. Y ya sabemos que el viceversa se aplica traumáticamente a la perfección.

Así pues, el vallenato se debate hoy entre la realidad y la utopía, la realidad en expansión que lo desluce y tergiversa y la utopía por defenderlo de la extinción que lo amenaza. Si no existiera tal amenaza, no existieran tantas coincidencias en análisis emanados desde distintas regiones y mediante diferentes abordajes al tema. Sobre este último tópico, vale la pena referirme en primer lugar al programa de televisión Vallenateando con Rafa. Reconozco en Rafael Ricardo una preocupación sentida por rescatar y defender el viejo vallenato, el tradicional, el clásico. Ha sido claro, coherente y constante en su crítica, asumida con respeto y conocimiento de la materia. Pero hay algunas cosas que no me cuadraban mucho y menos ahora con lo que le he escuchado a la bella y talentosa Margarita Rosa Doria, quien llegó hace unos meses al programa en calidad de presentadora y vocalista ocasional en reemplazo de Julio Herazo.

Uno espera de un espacio televisivo que se propuso lo que se propuso, en momentos en que la Nueva Ola se encontraba a punto de darle la estocada final al vallenato, que tengan cabida en él únicamente quienes de verdad compartan idéntico compromiso. Que sea una vitrina especial para compositores, cantautores, acordeonistas y músicos de vieja y nueva data que le aporten dignidad, vigencia y crecimiento responsable a este género musical. Un espacio donde los ignorados y los olvidados también cuenten, donde nuevas canciones pongan asimismo los puntos sobre las íes, donde a la música del Bolívar Grande se le haga justicia con sopesada reivindicación. Mucho se ha hecho y sin embargo toca ponerle el cascabel al gato.

Está bien que se quiera brindarle una oportunidad a un sinnúmero de grupos que gravitan principalmente en Bogotá, pero: ¿de qué le sirve a la causa que nos ocupa la presencia de artistas que se dedican general y habitualmente a lo contrario, y que solo por ajustarse a las exigencias del maestro Rafa se muestran rozagantes y convencidos interpretando canciones de Escalona? Da la impresión a veces de que no es la espontaneidad sino la improvisación, acompañada de problemas de presupuesto, lo que lleva a rellenar programas con cantantes de mediana o baja calidad interpretativa, y hasta con grupos que más parecen una colcha de retazos, compuestos por músicos de distintas procedencias que se reúnen a última hora para tal fin o que, en el mejor de los casos, son reforzados con músicos de planta. Cuando artistas importantes (no me refiero a cantantes comerciales ni a jovencitos de moda) están circunstancialmente en la Capital, el programa adquiere entonces una posibilidad máxima y entran al ruedo las guitarras, las canciones inéditas, la instrumentación y el acompañamiento acordes con la vida y obra de los grandes compositores y cultores de este género musical que, como bien lo advierten los conocedores e investigadores del mismo, es ya más popular que folclórico. Esto es otro cantar y es lo que de verdad le da vigor y trascendencia al programa.

Comprendo y respeto por otra parte la admiración que Rafael Ricardo tiene por Escalona, pero de ahí a que sean mayoritariamente sus canciones las preferidas, machacándolas una y otra vez hasta el cansancio, me parece exagerado e inconveniente. Algo similar ocurre con las canciones más reconocidas de Adolfo Pacheco, Gustavo Gutiérrez, José Alfonso “Chiche” Maestre y de otros compositores de indiscutible valía. Empero –el mismo Rafa lo ha expresado muchas veces sin ponerlo todavía en práctica–, más que canciones conocidas necesitamos impulsar canciones que no contaron con la misma suerte o no lograron ser grabadas, canciones que han circulado y circulan por festivales, canciones que se siguen componiendo por veteranos y nuevos autores dando cuenta de las ricas modalidades del texto vallenato. Por supuesto que hay que aplaudir al maestro Rafa por los esfuerzos que realiza y por hacerle frente a la crisis de manera franca y decidida. Fatal sería que se hiciera apología de la casi extinta Nueva Ola, del pop vallenato y de la indefinición galopante en el mercado del disco. A partir de lo propuesto y como resultado de una tarea investigadora provechosa, no me cabe duda de que el programa se redimensionaría con mayúsculas proporciones y los grupitos oportunistas se verían en serios aprietos para dar la talla con algo que no sería lo consabido de Rafael Escalona.

Ahora bien, la llegada de Margarita Doria al programa tiene obviamente sus ventajas (atractivo físico, simpatía, espiritualidad, buena voz, audiencia juvenil) pero también sus desventajas. Entre éstas, que el programa con ella pierde profundidad, se vuelve a ratos pueril y tontarrón. No es lo mismo el buen humor, la secreta ironía y la mamadera de gallo del viejo Rafa que los comentarios y preguntas sin peso de la adorable cantautora cuando intenta, a su modo, cumplir con otro de los objetivos valiosos del programa, consistente en indagar aspectos de la vida de los invitados. No se trata de acumular información conducente para salir del paso, sino de procurar la formación integral indispensable para hablar de vallenato con propiedad. Y esto lo da el estudio, las lecturas complementarias, la investigación de la problemática, el roce (que lo tiene), el transcurrir inquietante de los años. Estoy seguro que podría mejorar si se lo propone. Tiene madera y eso cuenta.

El problema fundamental radica en que la publicidad de Matildelina, negocio del cual es socia y donde se viene escenificando el programa luego de su llegada, y su defensa del movimiento juvenil se muestran ya como sus más claros intereses. Ha tenido varias discusiones por esto último con el maestro Rafa que han sabido sortear con sonrisas y elegancia. Pero qué pena, con los falsificadores del vallenato hay que ser radicales. O se está o no se está identificado con esta postura. Si los presentadores del programa están, según parece, en orillas opuestas, tarde o temprano no podrán evadir la necesidad de replantear, para bien o para mal, la filosofía del programa. Espero, claro está, que sea para bien. Y que siga el maestro Rafa cazando gazapos, sección esta que, sin petulancias y sin excesos, cumple para satisfacción de quienes compartimos su preocupación gramatical. Lo otro, sería pedirle un poco más de cuidado cuando afirma que contar en una producción discográfica con canciones de Omar Geles, Tico Mercado y otros que hacen parte del combo sensiblero, garantiza la calidad de dicho trabajo, pues lo que han venido demostrando estos autores es su poca o nula contribución a la salvación cultural y “comercial” de nuestra música. Que se les aplauda, que peguen, que alcancen el éxito, que sean premiados nacional e internacionalmente poco importa si con ello se ahonda más la debacle del “folclor”.

Lo cierto es que las figuras de la descomposición posmoderna han encontrado y encuentran cada vez más en Vallenateando la oportunidad de seguir haciendo de las suyas, siempre y cuando cumplan con el requisito de interpretar una o dos canciones de Escalona u otra de las que sirven de cliché y que se relacionan no siempre de manera afortunada con el vallenato clásico. Ojalá que Margarita Doria entienda estos planteos de manera constructiva y se ponga del lado de la tarea quijotesca de rescatar, proteger, enriquecer y, por qué no, de expandir “correctamente”, sin dogmatismos y sin esnobismos, la música vallenata. Y encierro el término entre comillas porque no se trata de negarlo todo porque sí. Hay una ardua labor que realizar, una gran discusión colectiva que nos permita avanzar sin retroceder, recuperar la memoria histórica pero asimismo potenciar el futuro que el vallenato, en buena hora, se merece. Margarita Doria tiene con su CD en proyecto toda una prueba de fuego para que sepamos cuál es, en definitiva, su contribución a la causa vallenata. Y en cuanto a Rafael Ricardo, dice mucho de su inteligencia y de la importancia de un tema aparentemente ajeno, que sea un sabanero como él quien defienda, con ahínco, el vallenato clásico. Como bien lo precisa Edward Cortés Uparela, nosotros también componemos y cantamos vallenato.

En segundo lugar, la utopía me lleva (ya para concluir este largo artículo) al debate sobre cuál es el elemento cultural que debe ser postulado, reconocido y protegido como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por parte de la UNESCO. Al respecto, he recibido de Lolita Acosta y de Adrián Villamizar distintas posiciones provenientes de ellos mismos pero también de otras personalidades como Rosendo Romero, Félix Carrillo Hinojosa, Abel Medina Sierra, Juan Cataño Bracho, entre otros, inmersos todos en el foro virtual gestado por Lolita Acosta para definir tan espinoso asunto. Quienes han seguido mis “desopiniones vallenatas” sabrán identificar, en consonancia con lo que hoy escribo, mi posición sobre este particular y los alcances de la misma. Dejo para eventuales publicaciones detalles de las posturas más interesantes. Por ahora, basta con decir que esta profusa discusión académica parece encontrar consenso alrededor de “EL VALLENATO” como objetivo de este proyecto.

No sé qué tan precisos podamos ser en esto. Mientras para Villamizar debe ser “el canto vallenato” en sentido amplio o incluyente (el canto con todo lo que nos rodea y todos los instrumentos tradicionales) y lo justifica ejemplarmente, Félix Carrillo manifiesta no ver dentro de la música vallenata elementos en vía de extinción y que en caso de ameritarse alguna protección sería el Festival de la Leyenda Vallenata su beneficiario. Por su parte, Abel Medina Sierra sostiene que debe ser “la música vallenata” el bien cultural a salvaguardar dado su significado englobante de todos los componentes y períodos, afirmando, además, que no se trata de una expresión musical amenazada de extinción ni que atraviese por problemas de transmisión. Para Medina Sierra, nominar “el canto vallenato” equivaldría a disgregar los componentes de la música vallenata, la cual, agrega, constituye patrimonio en su faceta tradicional y en cuanto música popular, no en lo que ya no existe (su raíz folclórica, la juglaría). Otras miradas nos hablan de apreciar el vallenato desde el punto de vista de sus cualidades artísticas, como arte o estética (Mauricio Sánchez), o desde la comunicación como Lolita Acosta, quien propuso, entre otras cosas, que fuera “la narrativa en el canto vallenato” la merecedora de protección, entendida como el “elemento esencial del canto vallenato tradicional u originario o fundacional de nuestra identidad”, mostrándose en desacuerdo, no sin razón, con términos demasiado generosos como “vallenato” o “música vallenata”, capaces de arrastrar consigo todas las manifestaciones degenerativas que hacen actualmente su agosto al amparo de tales nombres. Y me temo que estoy de acuerdo con su desacuerdo.

Otras expresiones que han estado en el sonajero son “el folclor vallenato”, “el juglar vallenato”, “la juglaría vallenata”, “la juglaría”, “la piqueria”… El compositor Rosendo Romero cierra este capítulo invitando a Adrián Villamizar (el gestor indiscutible de esta monumental idea) a dejarse seducir por la palabra “vallenato”, para lo cual desglosa interesantes argumentos a partir de considerar que la narrativa no lo es todo, si bien su defensa del vallenato instrumental no alcanza a ser convincente y buena parte de su exposición se dirige más bien a señalar diversos elementos de la crisis y no propiamente a sustentar por qué es “el vallenato” lo que está en riesgo. Concluye diciendo, acercándose a Medina Sierra, que “la narrativa no está en riesgo porque hace rato desapareció”.

En fin, llámesele como se le quiera llamar al asunto, lo cierto es que el vallenato, el canto vallenato atraviesa una profunda crisis y el que no la vea o, peor aún, la vea y la niegue o se haga el loco por intereses netamente privados, es cómplice del cartel que lo asesina. Por fortuna, la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata está fuera “normativamente” de la posibilidad de ser la gran favorecida. Sería el acabose que quienes se dicen defensores y benefactores del folclor pero organizan festivales comercialmente exitosos valiéndose del boom que lo carcome, vayan a ser los responsables del plan de salvaguardia. No quiero imaginarme a estos señores desviando el apoyo económico del proyecto para traer a Madonna a Valledupar en lugar de preocuparse por la suerte del juglar supérstite Lorenzo Morales o por el legado inolvidable de Francisco “Pacho” Rada. Se vanaglorian algunos foristas de los triunfos obtenidos por los artistas del momento, restriegan los conciertos multitudinarios dentro y fuera del país, se alegran porque en Popayán suenan los acordeones y la juventud se despepita de perdido placer aplacándose con ello la nostalgia telúrica. Qué mal andamos también en cuestiones de nostalgia si la bazofia que hoy día nos embuten como “vallenato” y su séquito de muchachitos saltarines es capaz de conmovernos a la distancia de esa forma en vez de propinarnos un lamento inconsolable de desconcierto.

De otro lado, no deja de parecerme algo sofístico el argumento de que no se puede salvaguardar lo que no existe. En todo caso, creo que las disquisiciones académicas no nos pueden conducir a bajar la guardia. El canto que nos hace falta es narrativo y costumbrista pero también lírico, poético, urbano. Tiene mucho de pasado pero también de presente y, especialmente, de reto y de futuro. ¿Dejar que la nueva generación haga la historia? Ahí sí, como dijo alguien en el foro con otra intención, ¡mamola! Yo sí creo que tenemos que saber con absoluta claridad quiénes defienden y quiénes no la música vallenata. No hay en esto nada de excluyente ni de irrespetuoso. Es, si se quiere, cuestión de dignidad. Los defensores a ultranza de la contemporaneidad y de la evolución per se como que no se han aproximado a los laberintos del arte. Con el cuento de la evolución me imagino que estos amigos de la confusión terminarán diciendo que la tragedia griega perdió toda vigencia literaria. La evolución que entendemos y aceptamos va por otro lado, y a mi juicio tiene que ver más que todo con la parte textual de nuestra música, sin que el término evolución signifique progreso o conlleve a que “lo nuevo” sea necesariamente mejor que “lo viejo”.

Bien, ya era hora de llegar hasta aquí para dejar que sea Ernesto Sabato quien continúe el discurso: “… En el arte no hay progreso en el sentido que existe para la ciencia… no hay tanto progreso como ciclos, ciclos que responden a una concepción del mundo y de la existencia… en el arte suele darse que lo antiguo resulta de pronto revolucionario… Cada cultura tiene un sentido de la realidad, y dentro de ese ciclo cultural, cada artista… Cada creador debe buscar y encontrar su propio instrumento, el que le permite decir realmente su verdad, su visión del mundo. Y aunque inevitablemente todo arte se construye sobre el arte que lo ha precedido, si el creador es genuino hará lo que le es propio, a veces con empecinamiento casi risible para los que siguen las modas… Que una mujer esté a la moda, es natural; que lo haga un artista, es abominable…”.

Termino con apartes de un correo que dirigí el 14 de septiembre de 2010 al maestro y amigo Adrián Villamizar (con la maestría ocurre lo del arte: la edad no cuenta):

“… Así que sigue con lo tuyo y cuenta con tu ‘Avanzada Sinuana’ para, en nombre de lo popular y no de lo intelectual, coadyuvar tus locuras y quijotadas ‘hasta las últimas consecuencias’. Lo que tú vislumbras con lo del Patrimonio es grande y maravilloso, y sé que será oportunidad y reivindicación para muchos artistas, viejos y nuevos, que no cuentan con posibilidades de expresión ni siquiera en el mundillo de los festivales contaminados. Sé que el asunto está en las manos indicadas. Así que cuídate mucho de esa gente oportunista que quiere pescar en río revuelto para corromper los ideales. Tú sabes cómo son las cosas. Desde que las ideas nos unieron, mucho antes de conocernos, tuve la sensación de que un proyecto de tanta magnitud pisaría muchos callos, tendría necesariamente que poner el dedo en la llaga. Y en mi opinión, la Fundación que sabemos no estaba ni podía estar ni está a salvo de su justa puntería…”.

Saludo sinuano,


FBA

sábado, 25 de septiembre de 2010


SORDOMUDOS – para John “Salsa” Campo (y para Edinson Doria, a manera de desagravio)

tengo un amigo sordomudo con el cual
bebo cerveza y converso sin consabidas señas
los viernes culturales
a pleno sol y en calle frecuentada
una tienda de esquina nos sirve de
relajo
los transeúntes nos observan
con curiosa sevicia y cuando nos reímos
de alguna ocurrencia inextricable
nuestros puños celebran
el apunte
baila salsa brava desde niño mi amigo sordomudo
y la sordomuda euforia que habita en mis
entrañas desde siempre
sabe llevarle el paso
tengo también una mujer sordomuda
más veterana en aullidos que mi amigo y yo
quien nos entiende a la perfección
y se mezcla radiante en nuestra
charla
asimismo un amigote sordomudo que llega
horas después con municiones de guerra
a terminar de bendecir la fiesta y
traducir la vida

si esto no es la felicidad
me niego a ser feliz

FBA – Derechos Reservados

martes, 14 de septiembre de 2010


MINI-DESOPINANDO:

Como van las cosas no tendría nada de raro que RCN Noticias nos suelte muy pronto la chiva (primicia informativa) de que detrás de las chuzadas y del espionaje criminal del DAS estaban, como autores intelectuales, las FARC, Chávez, Fidel Castro, Obama y Chespirito. A propósito, muy bueno el chiste de Germán Vargas Lleras cuando, para exculpar de plano al actual Presidente de esta república de lobos, manifestó que nadie puede ser coautor y víctima simultáneamente. Hasta José Obdulio Gaviria salió bien librado. En todo caso, editada o no la noticia, el humor negro del Ministro del Interior y de Justicia dejó en claro que se trató de una coautoría, “autor con otro u otros”… Con respecto a ese “otro” –al que cada día se le cierra más el cerco y que todos en este país del sagrado corazón creen saber quién es–, lo razonable sería esperar que, tarde o temprano, también caiga. Pero como estamos en Colombia (y aquí cualquier cosa puede pasar), la sagacidad de los autores intelectuales y materiales del delito para incluir entre los chuzados y perseguidos a personajes de la populachera “doctrina de la seguridad democrática” podría perfectamente desestimarse probatoriamente hablando. Nuestros acendrados adalides de la fantasiosa “prosperidad democrática” no tienen, en esta lógica hacedora de miedos, semejantes alcances…

Así que todos los que tenemos la tonta esperanza de que algún día, de verdad, “todo se sepa” (obviamente no por boca del inefable “Pacho” Santos), vayámonos mejor acostumbrando a la hipótesis de que lo del DAS no fue más que una patraña o, en el mejor de los casos, un ardid de bandidos y terroristas interesados en desestabilizar las sacras y justas instituciones del Estado, poner en entredicho la legalidad democrática, etc., etc., etc. Vivimos de chiste en chiste, de espectáculo en espectáculo, de locura en locura. Un cuento más para sufrir y gozar al mismo tiempo ya no hace daño. A no ser que RCN Noticias nos sorprenda un día de éstos con el argumento de que fuerzas oscuras, la extrema derecha, grandes poderes económicos y militares tengan que ver con lo que nos pasa, a la manera de una manguala diabólica y hermética que, desde la sombra, es operada por diestros ajedrecistas en el arte de manejar las fichas del gobierno, el mercado, la ilicitud y la política. Y tras de éstos, otros. Y así, hasta regodearnos con el infinito. Soñar en vano forma parte de nuestras masturbaciones sociales. Contentémonos por lo pronto con que la noticia nos hable de mercachifles, saltimbanquis y titiriteros.

¡Ay! país bendito, mágico, extraordinario, injusto, cursi, melodramático, maleable, crédulo, voraz, fanfarrón, festivo, menesteroso. País de abulias. País de entuertos. País de mendicantes. País de clubes. País de finísimos hedores. Y también país de luchas traicionadas… Desde hoy me empino para rogarle al Bajísimo que RCN Noticias descubra rápidamente la verdad: que lo que acontece en Colombia es obra y gracia de una manada de poetas desocupados e inocuos que se inventaron esta larga tragedia para que la felicidad de embrutecernos y la libertad de destrozarnos no paren nunca de follar.


FBA

lunes, 13 de septiembre de 2010

CÁLLATE POETA
Nada de lo que digas te servirá para creerte
Tu lírica gloria se ha vuelto esclava de
Feroces verdades, experta en calamidades camina
Calle arriba en procura de premios y de
Aplausos
Yo, en tu lugar, abandonaría
El enfermizo trance
La podredumbre existencial
Que portas orgulloso
Simula, finge, siéntete infantil y
A gusto pervirtiendo
No hay mejor mañana que el ayer
Despreciado, aprende a naufragar y
Piérdete calle abajo, vístete formal
No prendas la compasión con
Amarguras
Silénciate poeta
Cada reconocimiento es un balde
De sombras que te echan encima
Piensa mejor en el sol que está afuera
En que el hoy te condujo a este
Abrazo de nadie, se acabó finalmente
La tristeza invencible, tus angustias no
Aplican, de esperanzas olvídate
Despídete entonces de la hosca metáfora
Con que enfrentas el mundo
Convéncete: no todo lo que tocas
Es poético porque tú lo avizores
Olvídate de una vez por todas
De ti, de la sensibilidad bobalicona
Y de todas las maravillosas desgracias
Que invocan rascacielos
Bájate ya de la vitrina azul
Y atrévete a vivir


FBA – Derechos Reservados

lunes, 30 de agosto de 2010


Del poemario en construcción “POEMAS PARA DESPUÉS DEL OLVIDO

DULCE VIDA

Camina. Si puedes todavía cantar, hazlo, recréate mientras se te pudre el coro en alguna parte del recuerdo. Grita y mira a tu alrededor por si las moscas, apéate de la conciencia y créete liberado. Engáñate, no hay nada mejor contra el destino. Nadie te escucha. Aprovecha esa minúscula suerte para marcharte lejos, mira de vez en cuando el mar, observa cómo sus olas se van aproximando a tu silencio, toman cuerpo, murmuran, traen recados que se disuelven al pie de tu nostalgia. Desea entonces que tus sueños no se cumplan, dilo varias veces, que mis sueños no se cumplan, que mis sueños no se cumplan, y cuando te sientas al borde de la felicidad dispárate, vuélvete ilusión, llénate de antiguas dolencias. Sabrás que es tiempo de regresar, así que abre la puerta, salúdate y pídele perdón al asesino. Camina. Si puedes todavía cantar, hazlo, el mar siempre te espera, conoce cada una de tus complicadas noches, ha amanecido frente al agujero donde dormitas, guarda un atardecer especial para cada muerto triste que atrapa en sus orillas. Todo rencor tiene su playa. No te mueras, busca el ruido, síguelo, acósalo, el ruido te dará la eternidad.

FBA – Derechos Reservados

Nota: en próximas publicaciones retomaré la crítica musical

jueves, 19 de agosto de 2010


¿Qué hacer con los años que llevas encima
sinuoso pasajero? ¿Qué viaje insospechado
te espera tras la puerta? ¿Has vuelto a ver
en el baño los vellos del incesto?
Ríos de antes, ponto añorado, viajar no
es algo que de verdad te ciegue, viajeros
hay a montones pero tú no haces parte
del engaño, no naciste para salir del barrio
de la duda, no has portado la suerte del que
triunfa, son ya muchos años sin vivir ni morir
te persigue aún esta vieja niñez desorbitada
esa juventud amarga con la cual te creciste
te soñaste
te jodiste, ¿qué vas a hacer ahora con tanta
riqueza junta saliendo de tu miedo?
No vas a ninguna parte sinuoso pasajero, lo
tuyo sólo existe en la bruma que mata, cada
sol que descubres simple y llanamente se
convierte en olvido, tienes tanto que darle a
la amada miseria, tu música lo sabe, tu verso
se sacude, te rehúsas a oírte aplaudido por
sensorias flores, estás solo en el mundo, tan
solo que hoy saliste a buscarte creyéndote
poeta, hasta fuiste al desvío donde todo
empezó y ni un
cielo amigable te ayudó a deshacerlo
no eres nadie mi amigo, eres alguien que
puja sin saber por qué sufre, tan quieto
que pareces eterno
tan solo, tan solo
como el dios que te escupe


FBA – Derechos Reservados

miércoles, 11 de agosto de 2010



VI FESTIVAL DE POESÍA ALTERNATIVA - METÁFORAS DE SAL Y ARENA
Riohacha-La Guajira
Agosto 11 al 15 de 2010

Estaré participando con varias lecturas poéticas.

Gracias a la Fundación Atrapasueños por la invitación.

FBA




































sábado, 31 de julio de 2010


NO ENTIENDO A LOS RICOS
¿Por qué pasean en costosos caballos
por las calles tranquilas del vivir
miserable? ¿No es mejor quedarse
en el club conspirando,
repartiéndose las trampas
del poder nauseabundo,
mirándose las caras sin cargos
de conciencia, comiéndose a la carta
la miseria imprecisa?
No entiendo esta paradoxal costumbre
de los ricos. Comprendo sí la enorme
capacidad de infartar las carencias, pervertir
pensamientos, provocar destrucciones
por supuesto que los conozco cuando
vuelan bajito sin perder una estrella y
a sus medias naranjas las lucen
cabalgando
para desgracia de sueños azulosos
y fortuna de ojos verdezuelos,
cuando beben un fino whisky delante
del hambriento o al compás de
un desfile de mundos imperfectos
van bramando canciones y causando
poesías; la verdad
sin sus dones
sería más oprobiosa, caóticas saltarían las
mudas esperanzas, tristísimos dormirían
los verbos de la ausencia…
en el fondo son buenos, comparten
la opulencia paseándosela al pobre,
esguízaros que asisten puntuales
a la fiesta

No entiendo a veces a los ricos. Pero
menos entiendo a los pobres que gozan
maniatados la desigual condena;
¿no es mejor para aquéllos evitar
desafueros?, ¿quién quita que algún
día se enteche un destechado?, ¿y es
que acaso no hay hombres fugaces
en el pueblo?, ¿no hay calmas pasajeras?,
¿ya nada en esta vida produce desencanto?

No entiendo a los ricos. A mí modo
de ver debieran aquietarse, ahuecarse
tranquilos, felices, poderosos donde
no los moleste la pobrísima tierra ni
populares hedores les dañen el almuerzo.
¿Para qué venir a infectarse con lo que
ellos producen? ¿O es que lo hacen acaso
por marcar diferencia, recordar que
gobiernan, que el sol les pertenece?

Y una vez que se alejan dejando en las
tristes calles sus costosas esencias,
de veras,
no entiendo a estos pobre ricos
que gustan de conjugarse
jugando con la candela


FBA-Derechos Reservados

martes, 20 de julio de 2010

FESTIVAL DE POESÍA "VOCES VIVAS DEL MEDITERRÁNEO" (23 al 31 de julio de 2010)

PROGRAMACIÓN:

http://www.voixvivesmediterranee.com/para/img/programme_2010.pdf

Lugar: SÈTE-FRANCIA


fba

lunes, 19 de julio de 2010


CANTANDO A DESTIEMPO:

El viernes 16 de julio de 2010 vio por fin la luz literaria el poemario de mi autoría titulado CANTANDO A DESTIEMPO (cuarto libro, tercer poemario). Se encuentra, pues, a disposición de los interesados, con precio simbólico, en todas las librerías del trágico vivir.

Para mayor información y pedidos escribir a:
sinumania@hotmail.com
Número Celular: 3007863950 – 3106570669

Envíos a cualquier parte del país (Colombia), siempre y cuando se cuente con servicio de mensajería. Deberá consignarse el valor del libro, la comisión por consignación nacional (BBVA) y el costo del envío según la ciudad de que se trate.

Saludo cordial.


FBA

sábado, 17 de julio de 2010

BRUTALIDAD


Vuelves a caer en su juego envidioso; das a conocer lo que haces, las creaciones paganas, cantos y versos que ni siquiera te pertenecen. Eres un simple instrumento, no lo olvides. No de Dios, de la desgracia que lujosamente ostentas. ¿Hasta cuándo te dejarás sobornar por la falsa vida sinuoso pasajero? Recuerda el consejo de un joven inexperto: el silencio, la soledad, el vacío, la nada... Convéncete, igual que cuando tenías veinte años y andabas deliciosamente a la deriva, que no hay en esta vida una sola razón digna de tu mal. Para qué concursar, por qué sobrevivir. El éxtasis del dolor no admite complacencias. No muestres más el infierno que te adora. Desecha con ferocidad los lazos consanguíneos. Libérate. Duérmete sin miedo.

Me voy. Te dejo con tu relativa forma de vivir. Absoluto, absoluto... mira alguna vez el fin del horizonte. No te dejes seducir por las opacas brisas. Canta de verdad, canta con todas tus fuerzas y desmanes hasta que muera el sol.


fba

jueves, 8 de julio de 2010


DE REGRESO

Excusen el receso, breve en todo caso. Me encontraba festivaleando en el Festival Sabanero de Acordeoneros y Compositores "Princesa Barají" de Sahagún-Córdoba (Colombia), donde mi canción, en ritmo de paseo, titulada CON ALMA DE SABANERO, fue finalista del Concurso de Canción Inédita.

Vuelvo, pues, a la realidad de la vida cotidiana (ni mejor ni peor), y qué mejor forma de hacerlo que a partir de la festinación propia de un poema de mi autoría donde se refleja el pulso inevitable entre la vida y la muerte, la imprescindible distancia, la solitaria verdad del hombre y su vacío...

SE SUPONE QUE EL DÍA DE MORIR TAMBIÉN SE VIVE
se supone que ese día uno se levanta igual a

no morirse, sintiéndose más muerto que de costumbre
pero también más vivo que de remate,
se supone entonces que todo lo que
pase de ahí en adelante es un retorno
al silencio de los tiempos, un abrir y
cerrar de ojos sin ninguna respuesta,
se supone que ya todo está vivido, que no
hay por qué prolongar los amorosos
que esa muerte jugosa que bailó en la amargura
también ha terminado
uno espera entonces un color en el cielo
la lágrima jamás derramada
el beso postergado
la ilusión postrera
un encuentro imposible saltando de la dicha
el aplauso de brisas soñadoras de antes
algo bien distinto en la ruta cotidiana…
uno espera que un canto milagroso le avise
su final, pero no, uno se muere más
allá de su muerte y vive ese hecho sublime
en la más espantosa soledad,
se supone que el día de morir también se vive
se supone que ese día uno se acuesta igual sin
despedirse, se da las buenas noches diciéndose
verdades, llenando de fructíferos miedos
el coraje probado, porque el día siguiente espera
con los mismos misterios y se supone, se supone
que la vida es buena y el amor preciso
que la monótona huella aún es importante,
entonces uno se alegra a veces de repetir
pavuras, creyéndose inmortal y sabio
y miserable
suponiéndose vivo como el sol venidero
hasta el momento último de la fresca tardía


FBA

sábado, 26 de junio de 2010


RITUAL 48

cortinas abiertas, ventana silenciosa,
mesa familiar a la que nos sentamos
sus sobrevivientes, domingo tras
domingo
a almorzar desamores;
¿cuántos años más repetiremos
este mutismo estomacal?,
¿seguiremos amando
la febril distancia?,
¿cuántos días de recíproca
inexistencia
nos faltan todavía?

la calle nos mira mandándonos
su afecto y un pájaro aterriza sin
mensajes celestes, dos perros
parecen reflejar lo que somos
el gato se despierta, la casa
tiene un lamento fugaz que la
conoce

comemos, nos paramos y la voz
de la siesta nos dice lo de
siempre:
lo mejor de la vida
está por empezar


FBA

sábado, 19 de junio de 2010

COLOMBIA: SEGUNDA VUELTA PRESIDENCIAL


Llegó el día. En Primera Vuelta este blog fue amarillo, por opinión, sin militancia alguna en el PDA. Mañana será verde. Y lo será no por Peñalosa, ni por Lucho Garzón, ni siquiera por el profesor Antanas Mockus. Lo será porque la abstención no cambia nada. Y el voto en blanco tampoco. Al menos, no por ahora, tal como se vislumbran las cosas... Entonces, este blog sólo aspira a despertarse el 21 de junio con la tranquilidad de conciencia de no haber contribuido, por omisión, por deserción indigna o por arrogancia ínfima, a mantener y profundizar los desmanes de la "seguridad democrática". Se levantará con la satisfacción de haber intentado algo (alguito) distinto. Legalidad, Ciudadanía, Cultura, Educación no son propiamente palabras deleznables en un país de carencias y atropellos como el nuestro.


Sin izquierda convincente en Colombia, el verde, en tanto movimiento más que partido, representa, en la actual coyuntura, una opción interesante. Así algunos de sus matices nos desagraden -especialmente aquellos que resultan siendo más de derecha que la U y Cambio Radical juntos- y así se diga también (como lo sostiene Gloria Gaitán) que se trata de una candidatura ideada por la oligarquía tradicional para alejar la inconformidad de la "izquierda democrática" representada en el PDA y canalizarla convenientemente hacia sectores manipulables y más fácilmente derrotables (teoría que examinada en función de la realidad dominante en el PDA pierde peso histórico), no me queda más remedio, como colombiano pensante y libre de ataduras políticas, radicalmente preocupado por el destino de esta patria bicentenaria llena de odio, corrupción y violencia, que apostarle a un cambio sutil o medianamente significativo.


Que los pobres voten en favor de los ricos... bueno, existen, sin duda, muchas maneras de explicarlo, pero no deja de ser un contrasentido apabullante. Así que este blog siente que el devenir será aún más grave si no se aborda el momento político desde una perspectiva crítica, decisiva, CRUCIAL. Con equivocaciones, con payasadas, con locuras, el verde es, en todo caso, preferible. Y de verde se vestirá mañana este blog para que, además, tanto falso verde que, luego del "descalabro" de la Primera Vuelta, renegó infantilmente de tal color, mezclando estulticia con apostasía, reciba esta mínima protesta solidaria.


Votaré entonces por la "idea verde", no por el partido verde. Votaré contra el despotismo. Contra los crímenes de Estado. Contra las leyes que buscan legalizarlos. Contra las fiscalías de bolsillo. Contra el imperio de la bravuconería.


FBA

martes, 8 de junio de 2010


CANTINERO: SILVESTRE DANGOND Y JUANCHO DE LA ESPRIELLA (2010)

En términos generales, me gusta este trabajo discográfico. Silvestre Dangond demuestra con ello que ahora sí está bien ubicado, que la Nueva Ola no es más que un lánguido recuerdo. Grabar canciones para la historia, ha dicho reiteradamente este polémico pero contundente artista urumitero. No cazo peleas estúpidas, así que no voy a decir aquí que es el número uno, ni el dos, ni el tres, ni el papá de nadie. Es, simplemente, Silvestre Dangond, excepcional cantante que corrobora en vivo lo que hace en estudio, un artista que ha entendido la responsabilidad grande que tiene -y que debieran tener todos lo que gustan de comerciar con música de acordeón- con respecto a la salvaguardia del género vallenato, en peligro innegable de extinción.

Claro que no todo es color de rosa. Preocupado Silvestre por lograr un buen compendio musical que llegara a diferentes públicos, pienso, sin apasionamientos, que en algunos casos acierta y en otros no. Se nota, en todo caso, que Dangond sí se toma el trabajo que implica seleccionar canciones. Sabe bien que el cuentecito de internacionalizar el vallenato no puede llevarnos a la loca carrera de convertirlo en una mezcla rítmica donde, quiérase o no, pierde su encanto. Eso que con tanta pericia hace y explota Wilfran Castillo en procura de que su “vallenato-pop” sea premiado, quedó por fuera y es, a mi juicio, uno de los grandes aciertos de este compacto. No acierta en cambio en materia de reencauches. Diosa divina, de Hugo Araújo, y El cuchicheo, de Alejo Durán. Pero ojo: no lo digo por las canciones ni por la interpretación. Lo digo siendo consecuente con lo que he sostenido y argumentado ampliamente en este blog: no soy amigo de los reencauches. Primero, porque de alguna manera descontextualizamos los temas elegidos, perdiendo éstos la esencia y la vitalidad con que nacieron, no aportándose nada con ellos -salvo velocidad, fuerza y amplitud instrumental- a la defensa presente y futura del folclor. Y segundo, porque si lo que se quiere es complacer al oyente “tradicional” o “clásico” no hay nada mejor para hacerlo que dándole la oportunidad a compositores veteranos o en formación que se inclinan y cultivan nuevos cantos por esa misma dirección. Reconozco sí en Diosa divina el intento de captar, desde que inicia, el sonido original, el ambiente al que de verdad pertenece.

Otro desacierto -comprensible tal vez en términos de mercado- es la repetición excluyente del número de compositores privilegiados. Omar Geles, Tico Mercado, Fabián Corrales… Omar Geles, con Gracias, vuelve en todo caso a pegar duro con un tema sentimental, nada truculento, en lo cual, sin duda, es maestro de maestros, pero Tico Mercado y Fabián Corrales no logran atraparnos, es más de lo mismo, pura bazofia romántica, llantico desechable. Aunque debo admitir que lo afirmo pensando más en Mercado que en Corrales, pues a este último se le abona que trata de mantener un toque auténtico, un giro vallenato muy propio de su estilo, no obstante dejar la impresión de haber confeccionado dos canciones distintas. Tico Mercado, en cambio, no parece arrepentirse de seguir mostrándose como un gran compositor festivalero (segundo puesto en el concurso de canción vallenata inédita del Festival de la Leyenda Vallenata 2010 con Adiós, adiós, paseo de factura excelente) que hace totalmente lo contrario cuando de posar como lucroso cantautor se trata. Ambas canciones (me refiero a Perdón, perdón de Corrales y a Habla con ella de Mercado) se asemejan temáticamente: la infidelidad del machista arrepentido. Lo que he dicho muchas veces: parecen desconocer por completo la inconmensurabilidad del alma femenina…

El componente lírico del disco tiene en José Alfonso “Chiche” Maestre y en Roberto Calderón dos grandes exponentes. Si bien el primero con Vuelvo a quererla trabaja bien la letra pero no llega a las cumbres melódicas por todos conocidas, el segundo, con Aunque después me duela, da una clara y magnífica lección de cómo se puede cantarle al amor desde el transcurrir de los años sin apelar (como criticaba Hernando Marín) a parapetos. Gracias maestro Roberto, qué gran canción. La verdad de un hombre incapaz (en el sentido bondadoso del término) de producir embelecos. De principio a fin está la música con todo lo que implica: melodía, ritmo, armonía, lógica, sentido. Y está también el texto: coherente y poético, y con el sabio humor que da la edad. Cuenta, además, esta canción, en cuanto a arreglos se refiere, con la puesta en escena de un concepto de fusión interesante, donde los aires de la ranchera refrescan y no absorben. Bien por Silvestre, por rescatar a un gran compositor y por enseñarle a la juventud que la vida no puede desleírse toda en brinquitos y en pendejadas. Preocupante lo del “Chiche” Maestre, quien ha venido recobrando protagonismo en las grabaciones comerciales pero, a mi juicio, no logra el pedestal de sus mejores tiempos. Pienso que no basta con mostrar algo de su sello personal, la canción romántica sin vida y sin verdad lo traiciona de manera irremediable. Eso no es lo suyo, estar y permanecer vigente no es algo que dependa de amoldarse al criterio de mercaderes y corruptos.

Otras fortalezas de esta obra musical donde Silvestre Dangond se destaca por la calidad recursiva de su voz (vigorosa y undante; creadora; matiza, se divierte) y Juancho De La Espriella lo acompaña con consistencia y madurez sacrificando quizá en pro de ello su capacidad innovadora con el acordeón, radican en los distintos pero concertados elementos que aportan canciones como Muchachita bonita (de la autoría de Dangond), La tartamuda (de “Checha” Blanco), Cantinero (de Rolando Ochoa), Loco, loco (de Rafael Díaz) y Has cambiado mi vida (de Jorge Valbuena). Cada una aporta lo suyo al disco sin pasar desapercibida. En Muchachita bonita se faja Silvestre una loable faena interpretativa, la misma que le ayuda considerablemente a Has cambiado mi vida a salir a flote y que en La tartamuda explota de manera extraordinaria. El gran mérito de La tartamuda consiste en que su autor demuestra cómo, con ingenio y alegría, se puede aspirar a inmortalizar el despecho.

El folclor argentino tiene en Sobredosis de Chamamé una propuesta agradable desde el corazón de la vallenatía. Bien para insistir en que no todo lo que se hace con acordeón es vallenato, como tampoco el vallenato deja de existir cuando no lleva un acordeón. Lo importante es no confundir las cosas, llamar a cada una por su nombre y no tratar de expandir el vallenato con mentiras. El chamamé y el acordeón se conocen musicalmente bien, y la versión de Dangond y De La Espriella se ajusta a este necesario reconocimiento.

Dos canciones más cierran este importante álbum. Compiten las dos, para mi gusto, con el paseo de Roberto Calderón por la mejor canción del disco. Mi propia historia (de Aurelio Núñez) y Dos mundos distintos (o Del ahoga’o, el sombrero, de Lucho Alonso). La primera más que la segunda. Mientras en la de Lucho Alonso se advierten destellos melódicos y textuales que merman en lo complementario y se resquebrajan ante el parecido temático con La moza e Indiferencia (este compositor tiende a ser de malas en el amor, lo sabe pero tiene la valentía de retirarse con humildad y sin el desconsuelo de la falsa tragedia), en la de “El Yeyo” Núñez hay algo que llama poderosamente la atención y lo aplaudo sin ambages: un tema autobiográfico donde su compositor se aparta del amor a la pareja y que lo muestra, por tanto, más decididamente poético, más creíble, sin que se vea obligado a meterle romance al asunto. Venía notando en sus éxitos recientes este penoso ingrediente a manera de requisito que acaba desfigurando la intención inequívoca del autor, afectando la firmeza y transparencia del mensaje. Bien otra vez por Silvestre que lo incluye sin miedo alguno a que “lo comercial” lo mande pa’l carajo.

CANTINERO: pequeño oasis, curda de versos y melodías en medio de la inmensidad del desconcierto.

Saludo cordial,


FBA
Otrosí: la canción de Jorge Valbuena, Has cambiado mi vida, aparece en el CD original con el título de "A CAMBIADO MI VIDA". Ni siquiera con la H. Imperdonable descuido en una producción que aspira a trascender. Esperemos que este yerro haya sido corregido, pues desluce la cantina...