AJUSTE DE CUENTAS
Los poetas de ahora gustan de fachendear en
festivales
Inofensivos y radiantes, leen los mismos
enredados poemas a cambio de
mantener su pico en flor
luciendo en el
escenario
Mientras más herméticos y oscuros
más se cotizan en la humareda
cultural
Cuentan, por supuesto
con una hoja de vida impresionante,
se han pasado la vida eyaculando arte
a diestro y siniestro, ganando concursos
y viviendo cómodamente del erario
Poeta festivalero que se respete
sabe cómo engrasar la cucaña
por la que sus amigos lo trepan
sirviéndole de jurados
Por lo visto hay más premios que poetas
aunque la plaga de poetas es tal que
ya existen insecticidas humanos
para matar insoportables versos
A veces se les cuela en la fiesta
un poeta sin brillo, callado, algo fuera
de lo común y procedente de la grotesca
vida cotidiana,
que opta por la claridad y la precisión
marinando con extraña música aspectos
sociales y políticos,
entonces se ponen todos de acuerdo
y dicen para justificar el error y los excesivos
aplausos que si no fuera
por esto y aquello
esos poemas malhadados serían panfletarios
Lo peor ocurre cuando los organizadores
del hervidero poético
distribuyen el infaltable elenco
al servicio de popularizar la poesía a como
dé lugar
Poesía a la brava, poesía para dispararle
linduras y alumbramientos
a desprevenidos transeúntes
poesía en parques, plazas, centros de rehabilitación
cárceles, escuelas, bibliotecas, ancianatos
calles céntricas y barrios olvidados
poesía revolucionaria y exótica
a flor armada y repleta de femenino
tono
Aquí es cuando el poeta anormal que
poco habla o se sabe más muerto que un vivo,
se ve en aprietos para encontrar entre
su montaña de tormentos y fracasos
mensajes positivos con los cuales paliar
la cruda realidad de la existencia
Los poetas de ahora gustan de farolear
en festivales,
y si no que lo diga éste que aquí les habla
autor de estas prosaicas luces
emanadas sin miramientos
de la más tenebrosa inconveniencia