domingo, 20 de marzo de 2011


Del CAPÍTULO 2 de CANTANDO A DESTIEMPO (Sobre amores y resquemores), 7 textos:


UN DOLOR ETERNO

Hay ciertos dolores que deben escribirse
no para exorcizarlos
sino para que sigan doliendo poderosamente
bien guardados por dentro -donde sea que vivan-
única manera de evitar que hagan daño
más allá de límites precavidos;
al fin y al cabo,
¿qué sería de la vida sin ellos?
¿qué sería de la dicha sin sus juegos?

Hay por ejemplo ciertas distancias familiares
gestos maternos desagradables
que es preciso denunciar valientemente
ante el dios del destiempo y de la nada,
tantos errores y silencios
tantas bondades aparentes
muchos imperdonables sacrificios
Pero hay por supuesto mundos concretos
donde uno como hijo aprende a camuflar
su propia desgracia
y luego como padre entiende
la tremenda necesidad
de no repetir los desaciertos

Hay ciertas verdades complicadas
que hay que escribirlas por más que duelan
y mueran
casi de inmediato
las palabras


DE LA FATAL FELICIDAD

Tantas mujeres que hay en el mundo
Y tenías que resultarme monteriana
No entiendo por qué
Yo que cargo un amor
De lógicas y fuegos
De dudas y obsesiones
Vine a fijar mis ojos
En tu ombligo
De un continente distinto, no sé
Esperaba que fueras, por ejemplo, africana
O de un planeta de poderosos vientos
Como Neptuno
Pero monteriana… De la misma condición que mis recuerdos…
Bueno
Dicen por ahí que cada velero
Lleva su naufragio
Y a estas alturas de la vida
No sé si todavía quererte o despreciarte
Mas tú sabes cuánto me gusta
Esa manera tuya de quererme
Tan contundente
Tan extraña
Tan musical
Tan complicada a veces

Tantas mujeres que hay en el mundo
Y no me imagino ya mi vida
En un territorio de imprecisa belleza
Que no sea el de tu contradictoria y tibia
Insoportablemente cierta
Bondadosa desnudez
De monteriana


OTRA FLOR

Expuesta a las morales fastidiosas
Brinda su pictórica herida al visitante
Sabe de murmuraciones y conjuros
De lenguas largas con falaz escrúpulo

Escandalosa habitante de la sala
Arde y mira la órbita que pasa
Despierta sus pétalos hambrientos
Tras un poco de mugre mañanera

Pide amor a cambio de suplicio
Corola en pos parece contenerse
Recuerda a su pintor quien la bendijo
Bajo el cuidado de un hermano menor
Que la consiente

La otra flor
Enmarcada en rojas ataduras
Muestra su opaco sol al comerciante
Sangra sin darse cuenta de la sangre
Huele a fimo de ausencia su pistilo
Azul de Prusia al fin
Es nuestro infierno

Ay poderosa expresión que prefiguras
Tiembla a tu alrededor y tú tranquila
En un penúltimo panel te acomodas
Cual si fueras la virtud y no la muerte

Arriba de tu botón apetecido
La maleza protege tu esperanza:
La soledad pueril de quien no sueña
Esos sépalos mustios que te apagan
Ese cáliz de olvido que no implora

Ya llegará tu día compañera
El estambre febril que se arrodille
El polen animal
Ése atrevido
Yo lloraré ese día tu partida
Hacia aquel viejo mar
De las traiciones
Y él
Tu pintor convaleciente
Pájaro como es
Marchará libre
Pasará por entre gallos de pelea
Palomas sin mensajes descarados
Te llevará tan lejos de esta sala
De esta casa de pueblo que hoy te anida


Mi otra flor
La amada brecha
El lánguido trepidar
De mi destino


TERRUÑO AZUL

El amor que guardo por mi tierra
Es un amor de oscuras sensaciones
En veces desespera
En otras tranquiliza

Es un amor tan raro que vaga por las calles
De comerciales soles
Henchidos de verano
Y un invierno profuso
Que corre con mi sangre
Libera las dolencias
Del tiempo que perdí

Es un amor tan duro éste mi amor cobarde
Que cuando acude a muros
Pintando soledades
Encuentra un buen motivo
En barrios olvidados
Y un silencio de ruido
Me vuelve a estremecer

El amor
Es como una quimera boba
Capaz de enamorarme
Y mi ciudad lo sabe
Seguro que lo sabe
Si no, no me llevara al borde de su río
Con la misma rutina de la vida que llevo
Ni me amara en las noches
Cuando imploro sus besos
Y me muero cantando
Bajo un cielo infantil


VIENDO LLOVER EN EL SINÚ
el alma se remonta hasta la infancia frente al río
un niño de cuatro años descorre el velo
de la tarde, su ímpetu nocturno desborda
el fiel recuerdo y la foto se atraviesa
dañando aquel instante, umbral
del desamparo
viendo llover en el Sinú
el hombre se sostiene con lo nunca vivido
la trampa del destino se apiada de su suerte
un dicen que no eres empaña el firmamento
su piel no tiene heridas, viendo caer
imágenes se alegra sin remedio
se alegra, se enternece
y la tierra es lo de siempre, un utópico
abril corriendo como el río
lluvia del Sinú que riegas la tristeza
la indómita que canta, el solar de placeres
donde crecieron sombras
agua misteriosa que
se quedó sin cauce


SURCANDO AFECTOS

heridas mudas recuerdan lo invisible
fisuras ocasionando grandes
desangramientos, ilusión y martirio
besos borrachos en extremo dañosos
truncas
distantes
aturdidas caricias
conste que las malas canciones aletearon
temprano
colgándose del viento quisieron
ayudarse
afectos trasnochados impidieron
su vuelo
nadie sabía de sueños ni de negras esencias
sola quedó la vida
mutis hizo el silencio
parca siguió luciendo su múltiple fractura
víctima de un amor gigantesco
alérgico al abrazo


AVEMONTERÍA

Dios te salve Montería
Llena eres de savia
El silencio es contigo
En tus pechos se bebe
El mejor de los placeres
Y bendito es el llanto
De tu valle, Sinú

Cruenta Montería
Tierra de bien,
Brega por nosotros tus soñadores
Ahora y en memoria de los ausentes
Amén


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