sábado, 26 de junio de 2010


RITUAL 48

cortinas abiertas, ventana silenciosa,
mesa familiar a la que nos sentamos
sus sobrevivientes, domingo tras
domingo
a almorzar desamores;
¿cuántos años más repetiremos
este mutismo estomacal?,
¿seguiremos amando
la febril distancia?,
¿cuántos días de recíproca
inexistencia
nos faltan todavía?

la calle nos mira mandándonos
su afecto y un pájaro aterriza sin
mensajes celestes, dos perros
parecen reflejar lo que somos
el gato se despierta, la casa
tiene un lamento fugaz que la
conoce

comemos, nos paramos y la voz
de la siesta nos dice lo de
siempre:
lo mejor de la vida
está por empezar


FBA

sábado, 19 de junio de 2010

COLOMBIA: SEGUNDA VUELTA PRESIDENCIAL


Llegó el día. En Primera Vuelta este blog fue amarillo, por opinión, sin militancia alguna en el PDA. Mañana será verde. Y lo será no por Peñalosa, ni por Lucho Garzón, ni siquiera por el profesor Antanas Mockus. Lo será porque la abstención no cambia nada. Y el voto en blanco tampoco. Al menos, no por ahora, tal como se vislumbran las cosas... Entonces, este blog sólo aspira a despertarse el 21 de junio con la tranquilidad de conciencia de no haber contribuido, por omisión, por deserción indigna o por arrogancia ínfima, a mantener y profundizar los desmanes de la "seguridad democrática". Se levantará con la satisfacción de haber intentado algo (alguito) distinto. Legalidad, Ciudadanía, Cultura, Educación no son propiamente palabras deleznables en un país de carencias y atropellos como el nuestro.


Sin izquierda convincente en Colombia, el verde, en tanto movimiento más que partido, representa, en la actual coyuntura, una opción interesante. Así algunos de sus matices nos desagraden -especialmente aquellos que resultan siendo más de derecha que la U y Cambio Radical juntos- y así se diga también (como lo sostiene Gloria Gaitán) que se trata de una candidatura ideada por la oligarquía tradicional para alejar la inconformidad de la "izquierda democrática" representada en el PDA y canalizarla convenientemente hacia sectores manipulables y más fácilmente derrotables (teoría que examinada en función de la realidad dominante en el PDA pierde peso histórico), no me queda más remedio, como colombiano pensante y libre de ataduras políticas, radicalmente preocupado por el destino de esta patria bicentenaria llena de odio, corrupción y violencia, que apostarle a un cambio sutil o medianamente significativo.


Que los pobres voten en favor de los ricos... bueno, existen, sin duda, muchas maneras de explicarlo, pero no deja de ser un contrasentido apabullante. Así que este blog siente que el devenir será aún más grave si no se aborda el momento político desde una perspectiva crítica, decisiva, CRUCIAL. Con equivocaciones, con payasadas, con locuras, el verde es, en todo caso, preferible. Y de verde se vestirá mañana este blog para que, además, tanto falso verde que, luego del "descalabro" de la Primera Vuelta, renegó infantilmente de tal color, mezclando estulticia con apostasía, reciba esta mínima protesta solidaria.


Votaré entonces por la "idea verde", no por el partido verde. Votaré contra el despotismo. Contra los crímenes de Estado. Contra las leyes que buscan legalizarlos. Contra las fiscalías de bolsillo. Contra el imperio de la bravuconería.


FBA

martes, 8 de junio de 2010


CANTINERO: SILVESTRE DANGOND Y JUANCHO DE LA ESPRIELLA (2010)

En términos generales, me gusta este trabajo discográfico. Silvestre Dangond demuestra con ello que ahora sí está bien ubicado, que la Nueva Ola no es más que un lánguido recuerdo. Grabar canciones para la historia, ha dicho reiteradamente este polémico pero contundente artista urumitero. No cazo peleas estúpidas, así que no voy a decir aquí que es el número uno, ni el dos, ni el tres, ni el papá de nadie. Es, simplemente, Silvestre Dangond, excepcional cantante que corrobora en vivo lo que hace en estudio, un artista que ha entendido la responsabilidad grande que tiene -y que debieran tener todos lo que gustan de comerciar con música de acordeón- con respecto a la salvaguardia del género vallenato, en peligro innegable de extinción.

Claro que no todo es color de rosa. Preocupado Silvestre por lograr un buen compendio musical que llegara a diferentes públicos, pienso, sin apasionamientos, que en algunos casos acierta y en otros no. Se nota, en todo caso, que Dangond sí se toma el trabajo que implica seleccionar canciones. Sabe bien que el cuentecito de internacionalizar el vallenato no puede llevarnos a la loca carrera de convertirlo en una mezcla rítmica donde, quiérase o no, pierde su encanto. Eso que con tanta pericia hace y explota Wilfran Castillo en procura de que su “vallenato-pop” sea premiado, quedó por fuera y es, a mi juicio, uno de los grandes aciertos de este compacto. No acierta en cambio en materia de reencauches. Diosa divina, de Hugo Araújo, y El cuchicheo, de Alejo Durán. Pero ojo: no lo digo por las canciones ni por la interpretación. Lo digo siendo consecuente con lo que he sostenido y argumentado ampliamente en este blog: no soy amigo de los reencauches. Primero, porque de alguna manera descontextualizamos los temas elegidos, perdiendo éstos la esencia y la vitalidad con que nacieron, no aportándose nada con ellos -salvo velocidad, fuerza y amplitud instrumental- a la defensa presente y futura del folclor. Y segundo, porque si lo que se quiere es complacer al oyente “tradicional” o “clásico” no hay nada mejor para hacerlo que dándole la oportunidad a compositores veteranos o en formación que se inclinan y cultivan nuevos cantos por esa misma dirección. Reconozco sí en Diosa divina el intento de captar, desde que inicia, el sonido original, el ambiente al que de verdad pertenece.

Otro desacierto -comprensible tal vez en términos de mercado- es la repetición excluyente del número de compositores privilegiados. Omar Geles, Tico Mercado, Fabián Corrales… Omar Geles, con Gracias, vuelve en todo caso a pegar duro con un tema sentimental, nada truculento, en lo cual, sin duda, es maestro de maestros, pero Tico Mercado y Fabián Corrales no logran atraparnos, es más de lo mismo, pura bazofia romántica, llantico desechable. Aunque debo admitir que lo afirmo pensando más en Mercado que en Corrales, pues a este último se le abona que trata de mantener un toque auténtico, un giro vallenato muy propio de su estilo, no obstante dejar la impresión de haber confeccionado dos canciones distintas. Tico Mercado, en cambio, no parece arrepentirse de seguir mostrándose como un gran compositor festivalero (segundo puesto en el concurso de canción vallenata inédita del Festival de la Leyenda Vallenata 2010 con Adiós, adiós, paseo de factura excelente) que hace totalmente lo contrario cuando de posar como lucroso cantautor se trata. Ambas canciones (me refiero a Perdón, perdón de Corrales y a Habla con ella de Mercado) se asemejan temáticamente: la infidelidad del machista arrepentido. Lo que he dicho muchas veces: parecen desconocer por completo la inconmensurabilidad del alma femenina…

El componente lírico del disco tiene en José Alfonso “Chiche” Maestre y en Roberto Calderón dos grandes exponentes. Si bien el primero con Vuelvo a quererla trabaja bien la letra pero no llega a las cumbres melódicas por todos conocidas, el segundo, con Aunque después me duela, da una clara y magnífica lección de cómo se puede cantarle al amor desde el transcurrir de los años sin apelar (como criticaba Hernando Marín) a parapetos. Gracias maestro Roberto, qué gran canción. La verdad de un hombre incapaz (en el sentido bondadoso del término) de producir embelecos. De principio a fin está la música con todo lo que implica: melodía, ritmo, armonía, lógica, sentido. Y está también el texto: coherente y poético, y con el sabio humor que da la edad. Cuenta, además, esta canción, en cuanto a arreglos se refiere, con la puesta en escena de un concepto de fusión interesante, donde los aires de la ranchera refrescan y no absorben. Bien por Silvestre, por rescatar a un gran compositor y por enseñarle a la juventud que la vida no puede desleírse toda en brinquitos y en pendejadas. Preocupante lo del “Chiche” Maestre, quien ha venido recobrando protagonismo en las grabaciones comerciales pero, a mi juicio, no logra el pedestal de sus mejores tiempos. Pienso que no basta con mostrar algo de su sello personal, la canción romántica sin vida y sin verdad lo traiciona de manera irremediable. Eso no es lo suyo, estar y permanecer vigente no es algo que dependa de amoldarse al criterio de mercaderes y corruptos.

Otras fortalezas de esta obra musical donde Silvestre Dangond se destaca por la calidad recursiva de su voz (vigorosa y undante; creadora; matiza, se divierte) y Juancho De La Espriella lo acompaña con consistencia y madurez sacrificando quizá en pro de ello su capacidad innovadora con el acordeón, radican en los distintos pero concertados elementos que aportan canciones como Muchachita bonita (de la autoría de Dangond), La tartamuda (de “Checha” Blanco), Cantinero (de Rolando Ochoa), Loco, loco (de Rafael Díaz) y Has cambiado mi vida (de Jorge Valbuena). Cada una aporta lo suyo al disco sin pasar desapercibida. En Muchachita bonita se faja Silvestre una loable faena interpretativa, la misma que le ayuda considerablemente a Has cambiado mi vida a salir a flote y que en La tartamuda explota de manera extraordinaria. El gran mérito de La tartamuda consiste en que su autor demuestra cómo, con ingenio y alegría, se puede aspirar a inmortalizar el despecho.

El folclor argentino tiene en Sobredosis de Chamamé una propuesta agradable desde el corazón de la vallenatía. Bien para insistir en que no todo lo que se hace con acordeón es vallenato, como tampoco el vallenato deja de existir cuando no lleva un acordeón. Lo importante es no confundir las cosas, llamar a cada una por su nombre y no tratar de expandir el vallenato con mentiras. El chamamé y el acordeón se conocen musicalmente bien, y la versión de Dangond y De La Espriella se ajusta a este necesario reconocimiento.

Dos canciones más cierran este importante álbum. Compiten las dos, para mi gusto, con el paseo de Roberto Calderón por la mejor canción del disco. Mi propia historia (de Aurelio Núñez) y Dos mundos distintos (o Del ahoga’o, el sombrero, de Lucho Alonso). La primera más que la segunda. Mientras en la de Lucho Alonso se advierten destellos melódicos y textuales que merman en lo complementario y se resquebrajan ante el parecido temático con La moza e Indiferencia (este compositor tiende a ser de malas en el amor, lo sabe pero tiene la valentía de retirarse con humildad y sin el desconsuelo de la falsa tragedia), en la de “El Yeyo” Núñez hay algo que llama poderosamente la atención y lo aplaudo sin ambages: un tema autobiográfico donde su compositor se aparta del amor a la pareja y que lo muestra, por tanto, más decididamente poético, más creíble, sin que se vea obligado a meterle romance al asunto. Venía notando en sus éxitos recientes este penoso ingrediente a manera de requisito que acaba desfigurando la intención inequívoca del autor, afectando la firmeza y transparencia del mensaje. Bien otra vez por Silvestre que lo incluye sin miedo alguno a que “lo comercial” lo mande pa’l carajo.

CANTINERO: pequeño oasis, curda de versos y melodías en medio de la inmensidad del desconcierto.

Saludo cordial,


FBA
Otrosí: la canción de Jorge Valbuena, Has cambiado mi vida, aparece en el CD original con el título de "A CAMBIADO MI VIDA". Ni siquiera con la H. Imperdonable descuido en una producción que aspira a trascender. Esperemos que este yerro haya sido corregido, pues desluce la cantina...

domingo, 6 de junio de 2010

SI DESEAN CONOCER EN PROFUNDIDAD LA OBRA POÉTICA Y PICTÓRICA DE ENÁN BURGOS ARANGO
HE AQUÍ EL ENLACE:
FBA