PLENA DEMOCRATIZACIÓN DE LA POESÍA…
Sus poetas se jactan de invocarla:
sudan recitaciones en mercados públicos
despliegan delicados aromas sobre
lugares sucios y malolientes,
avivándose recíprocos se congelan
de simple amor
en medio del impenetrable
calor del mar Caribe,
creyéndose potables pregonan la
cómoda consigna, nos hablan de derechos
de un venero feliz que pertenece
a todos.
¿Su público? Debo intranquilizarme
para decir que merece mi apático
respeto. Yo, al menos, no impongo mi
diablura en beneficio de nadie, mucho menos
pretendo globalizarla para que sirva
de bonachón ejemplo.
¿Quién les dijo a estos poetas bohemios y
solidarios,
demócratas de quién sabe qué estólida
arrogancia,
que la poesía es objeto de obligado consumo,
o que tiene un poder sobrenatural
para salvarnos a todos de la dulce crisis?
¿De cuándo acá la idea de
embutirle poesía a cuanto desprevenido
habitante se atraviese?,
¿qué es esta cosa absurda de
predicarla hasta el súmmum,
convirtiendo sus inevitables
sinsabores
en movimiento poético mundial?
Poesía, dura y terca poesía
palpo su oscuridad alejándome
de lujos y talleres
de oficiales ternezas y presumidos burdeles
me aparto contrahecho
su soledad la asumo a salvo
de aplausos académicos, me estremezco en
sus antros, territorios, premisas
tertulia de fracasos, carencias
rutinarias
de imposible verdad.
A lo sumo, si
queremos socializarla pongámosle fusiles en lugar
de palabras debiluchas,
o para evitar
el panfleto, digamos que palabras
con sonido sutil,
despojémosla también de intrincadas relaciones
y de las contrarias claridades que
afectan por igual su militancia,
sintamos su útil perplejidad
capaz sin duda de derrumbar
silencios.
Plena democratización de la poesía
que tiene a la poesía
al borde de un patatús
emocional.
FBA – Derechos Reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario