Tres Poemas, para compensar la ausencia de varios días… Dos terrígenos, en vísperas de su despedida poética. Y al final, algo de esa otra cotidianeidad que nunca duerme.
SOY MONTERIANO cuando
Camino por las calles
Sordas de mi ruido, cuando un río de ternezas
Me persigue inclemente y un cercano mar lo
Anima devorándole los tremedales de
Su angustia
Soy monteriano como tú o como aquél
Que nos mira creyéndose a salvo de nosotros
Monteriana es también mi forma de morirme
Y monterianos son los días de apacible vida
Que deforman mi mundo
Soy monteriano en la terrenal manera de
Escribir otra historia, de encender otros versos
Para que brisas ausentes recuerden las
Derrotas, esas canciones fugaces que respiran
Honduras, esa manera inmortal de no
Comprometerme con mentiras
De decirle que no a un sí que desgobierna
De palparme completo sin los fétidos trances
Que elogian la alegría
Soy monteriano de mañana insufrible
De tarde pensativa y noche hospitalaria
Monteriano como la muda suerte
Que sostiene lo inicuo, como la lengua
Voraz que raspa la fatiga
Como las falsas promesas de buitres y
Herederos
Monteriana se advierte la sombra que
Me viste, la ilusión que me atrapa
En lo alto de un sauce, y monteriana
Es también la fe de la congoja que me
Lanza de cabeza al frágil
Pavimento
Monteriano hasta el fin de los tiempos
Mientras me parto el alma tratando de
Entenderlo, mientras por dos salidas
Nunca logro marcharme y por dos entradas
Me alejo de su fiesta invivible
Soy monteriano cuando me sirvo de
Puentes y planchones para ahogarme
En caricias, cuando anuncio más de mil
Veces la mudanza improbable
Cuando a la invasión citadina respondo
Sin fisuras
Monteriano en fin como todos los
Colores que me habitan, monteriano para
Pararme al frente de las duras cuestiones
Y también para erradicar del cielo
Esa mala costumbre de no ser
Lo que somos
SINUANO DEL MUNDO
ubicado, sin hundirse, en la
oscuridad de la vida,
por ningún lado individuo
respirable, atrapado a veces por
imberbes aplausos, caótico de
tierra firme, pensador sin estelas,
hermético, facineroso, siempre
perdido, sin salir a flote, en la
claridad de la vida,
ya para nada triste,
tampoco fructífero
magnífico
exultante ser
a la caza de personales
relativos,
voz de adusta tiniebla
soberano de urbe maltrecha
va consigo la pequeña falta
se sabe domador de sueños cándidos
patea la terrible espesura
se asoma, se desviste, se arrepiente
el mundo es demasiado flébil, áspero
grácil al tacto, tierra y río no sirven
nostalgia maloliente es presa fácil
infancia desbordada eructa
fracaso en flor,
sin embargo, pausa extática a deshoras
fábula de nunca acabar
caminante de inéditos pecados
libre contra el viento, cancionero
fugaz, no sale aún del hoyo miserable
lo mira desde alturas inconcebibles
desde distancias aparatosas,
inexistencia febril
ladra el sol en muerte ajena
ubicado, perdido, condenado
exonerado, trae dolor por los
cabellos, dios infatigable
haciendo entre chozas y rascacielos
de tripas corazón
Y SI SE NOS DIERA A TODOS POR MORIRNOS
POR NO NACER, POR DECLINAR,
si animales y vegetales se sumaran a esta
poética maniobra
y Dios –que según dicen le teme a la soledad–
se encontrara, de repente, espantosamente solo.
Si nos desenchufáramos al mismo tiempo de la vida
y nos fuéramos, de una vez por todas, a recorrer
sin retorno el dulce abismo de la tierra.
Pero Dios no es tan tonto, a la postre nos conecta y
desconecta a sus anchas, nos pone a dormir despiertos
con laborioso afán
y sólo a ratos, como en este poema, nos permite
lúcidos instantes de eternidad, ráfagas de claror
brevedad impasible
que osa contradecirle su dominio.
De veras: si se nos diera a todos por morirnos en
simultánea fuga, si pudiéramos disolvernos
antes de que él se percatara
del peligro, o de que algún vivificante enfermo
invocara su ayuda.
Pero dicen también que Dios lo sabe todo
y seguramente
en menos de lo que dura un desparpajo
habrá desmantelado, con dedo mortal,
esta infeliz conspiración.
Y si se te diera entonces por morirte
sinuoso pasajero? Si se te diera por sumarle
altavoces a tu causa perdida, restarle importancia
al clan de los sufridos, multiplicarle dolores
a tanto vate alegre, creerte golondrina
de insólito verano…
No dudes por favor de la apariencia
súbete a un oleaje de puras sensaciones
y zambúllete meramente, sin más
confinamientos,
en el interminable cielo del ocaso
FBA – DERECHOS RESERVADOS
Nota: A partir de la fecha está disponible, en formato PDF, el poemario de mi autoría CANTANDO A DESTIEMPO, publicado en junio de 2010. Sólo para quienes de verdad se encuentren interesados en leerlo, como diría APVZ, “hasta sus últimas consecuencias”. Sin ningún costo. Basta solicitarlo al E-Mail: sinumania@hotmail.com, identificándose plenamente y señalando, de manera inequívoca, el motivo de su interés.
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