Si una sola canción de Hernando Marín
bastara para volver a quererte
ahí estaría de nuevo
casi de rodillas
llorando el amor que nunca tuve
el pueblo que dejé
la novia que nunca quise
Sí
ahí estaría Vallenato en primera fila
recordando contigo las viejas serenatas
que en plena adolescencia canté
a las bellas domésticas del barrio
Pero no
sólo media canción tuya es suficiente poeta “Nando”
para que mi alma vuelva a su fatiga,
para que mi corazón despierte
y el pulso de la vida
bajo los cielos de la muerte
entone religiosamente
su parranda
Luego,
cuando la música me invade
y una luna clara de tu tierra
me invita a trasnocharme,
soy el mismo de siempre
el de tantas tardes de sábados alegres
tantas noches de aliento solitario
cuando la nostalgia era limpia
y pensativa
Ay Vallenato
muchos años perdido en tu acordeón
muchos años huyendo de tu cuento
creyendo en el poema inteligente
en un barniz de cultura superior
y ahora,
entre la degeneración que has sufrido
y la pose intelectual tan detestable,
vuelvo cada que puedo a la guitarra
a tus ritmos propensos a la bulla
a la hermosa melodía de tus ríos
y a dormirme feliz
con tu licor
GLOBALOCALIZACIÓN
"Yo a mi pueblo no lo llego a cambiar ni por
un imperio
yo vivo mejor llevando siempre vida sencilla”
El viejo Miguel (merengue vallenato)
Adolfo Pacheco
Ah si el maestro Adolfo quisiera
cantar conmigo estos versos fratricidas
acompañar mi canto con su voz sabanera
y en San Jacinto o Sahagún
sonaran las guitarras del principio
Si Hardt, Negri y Boron no estuvieran
tan cerca de mi patio lugareño
(que el imperio es el mismo imperialismo
que la posmodernidad succiona en lo local
que es preciso globalizar microrrelatos)
Pero no es éste el sentido universal de la provincia
a duras penas intento descifrarlo
mientras pasa la vida enloquecida
con su ambiente tranquilo y sus guirnaldas
a simple vista me niego a contemplarlo
pues la humana condición no es suficiente
ni la jerga local es el problema
Y si todo provincialismo sabe a rancio
no es por obra del mar capitalino
es que hay ruidos de sal que permanecen
por más que se multipliquen rascacielos
es que la humanidad es un desastre
doquiera el hombre construya su universo
Ah si el maestro Adolfo quisiera
cantar conmigo estos versos fratricidas
acompañar mi canto con su voz sabanera
y en San Jacinto o Sahagún
sonaran las guitarras del final
ELSA MOLINA
No eres mi madre
Pero es como si lo fueras
Hay algo en la música
Portador de una dosis letal
De humanidad
Cadenciosa o ingrávida
Algo maravilloso
Capaz de desenterrar
Dubitaciones
Bálsamo y soledad
Tristeza pura
Algo en la música
Poderosamente trivial
Universo comprensible de lo abstruso
Dardo que hasta mi sombra rebelde
Mimetiza
Por eso eres mi madre Elsa Molina
Porque tu hijo te compuso una canción
Fuera de serie
Que creció en mi desazón
Cual lejana poesía
Diabluras amorosas
Carantoñas de infancia
Malabares de alguna sencillez
Aborrecible
Y si este poeta sin mundos
Se emborracha gracias a tus versos
A los versos que José Alfonso
Te escribió y te cantó como ninguno
Es porque la vida tiene
Parranderamente
Sus secretos
Yo nunca he sido el mejor hijo
Todo el tiempo te lo he dicho y tú lo sabes
Tú bien lo sabes advierte el poeta de Patillal
Y yo la canto y te canto
Y te sufro y la bailo
Hasta que tu melodía
Se apodera por completo
De mi cuerpo
Desbordándose aleve
Por sonoridades
De silentes y trágicas
Canciones
(para José Alfonso Maestre Molina,
a propósito de su canción Elsa Molina)
FBA
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