miércoles, 31 de diciembre de 2008
A veces llegan "mails"
De: Francisco Burgos A. [mailto:sinumania@hotmail.com]
Enviado el: jueves, 25 de diciembre de 2008 7:43
Para: correo@eduardogarcia.eu
Asunto: solicitud
Apreciado Poeta:
Vivo en Montería-Colombia y estoy muy interesado en saber cómo puedo conseguir en mi país su texto ESCRIBIR UN POEMA. Me interesa sobremanera considerando que, no obstante estar trajinando con la poesía desde hace muchos años, se configura como material académico inusitado y, por tanto, de suma valía. Quedo agradecido de antemano por su información, respuesta u orientación.
Un abrazo desde Colombia,
FRANCISCO BURGOS A.
RE: solicitud
De: Eduardo García (correo@eduardogarcia.eu)
Enviado: domingo, 28 de diciembre de 2008 01:37:28 p.m.
Para:'Francisco Burgos A.' (sinumania@hotmail.com)
Estimado amigo:
Muchas gracias por el aliento. Se agradece que alguien al otro lado del mar se interese por mi obra. Esta complicidad entre distantes desconocidos es un don que hay que agradecerle a la poesía.
Pasados los primeros meses (la 2ª edición, revisada y completada, es del 2003) el libro se distribuye con cierta dificultad. La mejor manera de hacerte con él es ponerte en contacto directamente con la editorial. Puedes hacerlo a través de su web. Creo que en este “link” podrás realizar el pedido de inmediato:
http://www.fuentetajaliteraria.net/catalogo/libro.php?id=24&PHPSESSID=f40fa9614077e9c3d04fd024862f33f6
Si te apetece explorar otros libros míos de poesía y ensayo puedes hacerlo en mi web: www.eduardogarcia.eu Allí encontrarás numerosos poemas, entrevistas, poéticas... que puedes descargarte sin coste alguno. Me gusta compartir con mis lectores esta especie de antología. Es un modo, precisamente, de “saltar el charco”. Soy latinoamericano de nacimiento y siento el océano como una brecha editorial -rara vez nuestros libros logran llegar a los lectores del otro lado- que Internet nos permite salvar.
Un cómplice saludo:
Eduardo Gª
Poesía
De: José Antonio Cavalcanti (zantonc@hotmail.com)
Enviado: lunes, 01 de diciembre de 2008 09:55:37 p.m.
Para: sinumania@hotmail.com
Hola, Francisco Burgos A.
Soy uno poeta brasileño e me gusta navegar por paginas de autores sudamericanos e de España. Tengo uno blog abierto a poetas de todas las naciones, sean antiguos o nuevos: http:poemargens.blogspot.com.
Cuando quieras, puede verlo.
Un fuerte abrazo,
José Antônio Cavalcanti
Dejo sembrada entonces la inquietud en quienes deseen profundizar sobre los poetas mencionados. Feliz año 2009 para todos. Los quiere,
FBA
lunes, 29 de diciembre de 2008
FBA
miércoles, 24 de diciembre de 2008

ME HA DEJADO COSAS MUY CRUENTAS
Se acaba el año y con él otro más de conflicto armado irresoluto, ligado, gústenos o no, a las condiciones objetivas inherentes a una república aferrada -para conveniencia de unos pocos- a un modelo de desarrollo disparatado y excluyente. No puede ser buena la democracia que funda su razón de ser en semejante grado de desigualdad económica y social.
Da grima ver y comparar la opulencia de algunos frente a la pobreza de muchos; mansiones prácticamente deshabitadas, centros comerciales ostentosos, ropas y accesorios “de marca”, cócteles infames, farándula bellaca, restaurantes estelares, fiestas exorbitantes, cabalgatas del oprobio (que haya ricos es una cosa pero que salgan a pasear y a celebrar orondos la riqueza en un país de tantas injusticias es otra bien distinta), vehículos de lujo (como agregaría EBP en aquel verso espinoso… “que desbordan al peatón y fertilizan sus angustias…”)… todo ello ahí mismo, frente a las narices de quienes no tienen otro modus vivendi que el de la escasez de oportunidades, espacios ínfimos y maltrechos, y condiciones de vida miserables.
Se acrecientan, por supuesto, los problemas de seguridad para los poderosos respondiendo la doctrina de la “seguridad democrática” con toda la fuerza de su soberbia omnímoda y enfermiza, en beneficio de los intereses monopolistas y, por simple efecto colateral, de aquellos capitalistas de baja estofa embrutecidos por la hosquedad y el individualismo. Los problemas de seguridad son obviamente el pan de cada día (el único pan en muchos casos) para la gran mayoría de los colombianos, sumados a las carencias históricas por todos conocidas.
Y para colmo de males, aparecen ahora las fuerzas del Estado disparando sin intención -según versiones oficiales- o a mansalva y sobre seguro -según versiones provenientes de la autodenominada “izquierda democrática”-. Un muerto más en esta Colombia que se desangra a diario, pero no un muerto cualquiera: se trata esta vez del esposo de una dirigente de la Minga de Resistencia Social y Comunitaria, Consejera Mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). Asesinado por la “balacera errática” del ejército nacional. Un muerto más en todo caso. Uno más de tantos que acaban sepultados por la indiferencia y el olvido general.
Desde sectores privilegiados de la intelectualidad foránea se alzan voces a favor de la captación de capitales y de las inversiones productivas en un contexto de crisis económica global. Pero el modelo obviamente no responde, puesto que ni puede ni tiene con qué responder, sobre todo cuando son precisamente sus contradicciones las responsables del colapso. La inseguridad no se combate con bombas ni con aluviones de mentiras, mucho menos con peticiones presidenciales de perdón ya reiteradas y nauseabundas. Tampoco con bravuconadas esponjosas.
La agenda de la “nueva ecuación política” no puede mostrarse más desesperanzadora: parámetros concretos de democracia, derechos humanos, economía de libre mercado, competitividad, pragmatismo, privatización, previsibilidad, más apertura económica, más reformas capitalistas, lo supranacional como modelo de crecimiento exitoso y equitativo, y por supuesto, menos discursos “pseudorrevolucionarios”.
Pero la compatibilidad de tamaño molotov seguirá sin verse. Los últimos días del actual gobierno pasarán a la historia de este 2008 por confirmar la caída en picada del Estado de Derecho. Y del social, ni hablar, no existe sino en la fantasmagoría de quienes simpatizan por mero cretinismo. La impopularidad que empieza a manifestarse no obedece entonces al costo de asumir la política con dignidad, sino al inevitable peso de sus monumentales equivocaciones: casos tipo “Isaza” o la sospechosa apropiación de DMG.
En cuanto a la “izquierda democrática” colombiana -no obstante su posicionamiento electoral o precisamente por ello-, debe ésta aprovechar (urgentemente) su próximo Congreso Nacional para no caer en las garras de la centro-derecha ni continuar naufragando en el sindicalismo corrupto y burocrático que se sirve de ella, falsariamente, en algunas latitudes… Trazo sólo tres cuestiones que deberían debatirse a fondo: ¿es posible armonizar izquierda y capitalismo?; ¿una oposición férrea y consecuente no debe acaso articularse por fuera del establecimiento?; ¿es legítimo llegar al poder mediante mecanismos “democráticos” tan desastrosos como los que conocemos de sobra en el país? La suerte del PDA parecer moverse en términos de a menor izquierda mayor número de votos, y frente a tan desmovilizadora realidad, pues, ni modo, sólo nos va quedando el inmenso infortunio de sobrevivir.
Pues bien, se acaba el año y con él otra más de las tantas paciencias asumidas. El pesimismo renace en corazones antaño presurosos. Salimos a la calle, recorremos las viejas rutas de la vida, nos regodeamos en un espectáculo infernal de luces navideñas pero al final, otro enero igual o peor nos espera acechante. ¿Cómo ser optimistas en un país de mil diantres como Colombia?
Amanecerá y de nuevo: ni fuimos, ni somos ni seremos.
FBA
Posdata: a mis lectores, un viejo poema de mi autoría, regalo de Navidad y Año Nuevo:
CABALGATA
ahí van los caballos de paso
sobre sus finos lomos la poderosa
cofradía terrateniente
pasea por el barrio de la clase alta
como grandes señores medievales
pienso yo
desde el ebrio rincón de mi tristeza
ahí va el sistema
con toda su belleza hereditaria
sus niños cabalgando alegremente
llevan en la sangre
el fuerte estilo de la explotación
sus mujeres, vistosas y enjoyadas
bailan al ritmo de la banda pelayera
las pistolas oficiales cuidan las barrigas
de estos dueños
qué hermosos caballos
pero qué cruel oficio
llevar encima la carga de la muerte
ahí va el problema
pienso yo
desde la dura posición de mi conciencia
lunes, 22 de diciembre de 2008
Tres poemas nuevos del libro en preparación "Cantando a Destiempo" (FBA)
Si una sola canción de Hernando Marín
bastara para volver a quererte
ahí estaría de nuevo
casi de rodillas
llorando el amor que nunca tuve
el pueblo que dejé
la novia que nunca quise
Sí
ahí estaría Vallenato en primera fila
recordando contigo las viejas serenatas
que en plena adolescencia canté
a las bellas domésticas del barrio
Pero no
sólo media canción tuya es suficiente poeta “Nando”
para que mi alma vuelva a su fatiga,
para que mi corazón despierte
y el pulso de la vida
bajo los cielos de la muerte
entone religiosamente
su parranda
Luego,
cuando la música me invade
y una luna clara de tu tierra
me invita a trasnocharme,
soy el mismo de siempre
el de tantas tardes de sábados alegres
tantas noches de aliento solitario
cuando la nostalgia era limpia
y pensativa
Ay Vallenato
muchos años perdido en tu acordeón
muchos años huyendo de tu cuento
creyendo en el poema inteligente
en un barniz de cultura superior
y ahora,
entre la degeneración que has sufrido
y la pose intelectual tan detestable,
vuelvo cada que puedo a la guitarra
a tus ritmos propensos a la bulla
a la hermosa melodía de tus ríos
y a dormirme feliz
con tu licor
GLOBALOCALIZACIÓN
"Yo a mi pueblo no lo llego a cambiar ni por
un imperio
yo vivo mejor llevando siempre vida sencilla”
El viejo Miguel (merengue vallenato)
Adolfo Pacheco
Ah si el maestro Adolfo quisiera
cantar conmigo estos versos fratricidas
acompañar mi canto con su voz sabanera
y en San Jacinto o Sahagún
sonaran las guitarras del principio
Si Hardt, Negri y Boron no estuvieran
tan cerca de mi patio lugareño
(que el imperio es el mismo imperialismo
que la posmodernidad succiona en lo local
que es preciso globalizar microrrelatos)
Pero no es éste el sentido universal de la provincia
a duras penas intento descifrarlo
mientras pasa la vida enloquecida
con su ambiente tranquilo y sus guirnaldas
a simple vista me niego a contemplarlo
pues la humana condición no es suficiente
ni la jerga local es el problema
Y si todo provincialismo sabe a rancio
no es por obra del mar capitalino
es que hay ruidos de sal que permanecen
por más que se multipliquen rascacielos
es que la humanidad es un desastre
doquiera el hombre construya su universo
Ah si el maestro Adolfo quisiera
cantar conmigo estos versos fratricidas
acompañar mi canto con su voz sabanera
y en San Jacinto o Sahagún
sonaran las guitarras del final
ELSA MOLINA
No eres mi madre
Pero es como si lo fueras
Hay algo en la música
Portador de una dosis letal
De humanidad
Cadenciosa o ingrávida
Algo maravilloso
Capaz de desenterrar
Dubitaciones
Bálsamo y soledad
Tristeza pura
Algo en la música
Poderosamente trivial
Universo comprensible de lo abstruso
Dardo que hasta mi sombra rebelde
Mimetiza
Por eso eres mi madre Elsa Molina
Porque tu hijo te compuso una canción
Fuera de serie
Que creció en mi desazón
Cual lejana poesía
Diabluras amorosas
Carantoñas de infancia
Malabares de alguna sencillez
Aborrecible
Y si este poeta sin mundos
Se emborracha gracias a tus versos
A los versos que José Alfonso
Te escribió y te cantó como ninguno
Es porque la vida tiene
Parranderamente
Sus secretos
Yo nunca he sido el mejor hijo
Todo el tiempo te lo he dicho y tú lo sabes
Tú bien lo sabes advierte el poeta de Patillal
Y yo la canto y te canto
Y te sufro y la bailo
Hasta que tu melodía
Se apodera por completo
De mi cuerpo
Desbordándose aleve
Por sonoridades
De silentes y trágicas
Canciones
(para José Alfonso Maestre Molina,
a propósito de su canción Elsa Molina)
FBA
DERECHOS RESERVADOS.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
“Su temática gira en torno del hombre urbano de cierto tinte intelectual, insatisfecho, abrumado por el tedio, por la falta de entusiasmo, por la rutina sin grandeza, por la carencia de una lógica que justifique la vida.
DEL LIBRO DE CUENTOS “CUANDO LA MUERTE AMA” (2000) FBA
Era un cuarto frío y oscuro. Esa noche, todos en la ciudad andaban medio locos; víspera de fiesta, se tomaba más de lo debido. No los culpo, pues yo también me emborrachaba sin dios ni ley y la embarraba de lo lindo. Pero no sé qué diablos pasa con los hombres como yo, que por más que nos empecinamos en perder nos salen nuevos caminos en el corazón. Y así fue, caminé por entre montones de cuerpos y me sentí como siempre, perdido, ausente, triste y solitario, en medio de un gran ambiente que me lanzaba lejos, hasta las mismas escalinatas de la desesperación. Tenía que meterme nuevamente en esa calle alegre y bulliciosa para poder salvarme del duro privilegio de la vida, de las buenas embestidas de sus muertes. Y bebí, volví a transformarme en un habitante más del absurdo cotidiano, única manera a la larga de padecer cierta felicidad, de sentir y gozar el torpor de la libertad. Estela de muchas esquinas, numerosas tiendas, quioscos inolvidables, conocidos que se convertían en los mejores amigos entre cervezas y tardías sinceridades. Por obra y gracia del licor, de su chaparrón de afectos trasnochados, las antipatías resultaban superadas, cedían las desconfianzas y se desvanecían las distancias hipócritas del jodido vivir. Bebía, sí, y desde entonces me había apoderado de esa avenida sin árboles que presenciaba muda el anuncio de la locura colectiva, con mezcla de complicidad y violencia, en la que yo desempeñaba, con natural evasiva, un inverosímil papel preponderante. La sempiterna calle de El Ojón, otro más de La 41, acribillado por los príncipes de la suciedad, y de El Bonyur, tremendo, virtuoso, oportuno, con su pasado militar, presente destartalado, futuro de cajón, el de siempre, su inmortal despedida, suerte y paludismo, más seguro en la cárcel que en las calles. Sin poder evitar sus desmanes, el fogoso paseo de sus prostitutas, la valiente animación de sus mariquitas, maravillas y percances de aquel estrépito sin emoción. Atrás permanecía, inexplicable y valerosa, la angustia de tantas horas, el aguijón de tardes enteras, remolino de nunca acabar, grata prisión del hombre auténticamente libre. Pero surgiría una aproximación realmente tenebrosa, tan afecta a la muerte como a la vida. Era un cuarto frío y oscuro, a salvo del estupor que anticipaba la fiesta, a prueba de aquella salvación que estimulaba la pena. A pesar del gentío, fustigado por el calor, perseguido por la bulla, desarmado por el plenilunio, algo inusitado y poderoso arribó de repente como exigiendo espacio, rompiendo puertas y quitando telarañas, y en un dos por tres la claridad celestial del aguardiente, su macrocosmos de pasiones y destrezas, se vieron mellados por una fuerza punzante y deliciosa que pareció colocar las cosas en su sitio. Y así fue, vagué por entre poquedades de fuegos y me sentí como siempre, seguro, presente, contento y habitado, en medio de un gran silencio que me soltaba dentro, hasta escudriñar en los precipicios de falsa insatisfacción. Aliento de pocos minutos, refucilo de amor que se eternizó en el más insignificante recoveco del alma, noche fatal que contaminó mis alegrías, fría y oscura euforia que empantanó la tristeza de mis odios. Nuevamente, un infierno como el mío, repleto de agónicas victorias, se venía fácilmente abajo, aunque había alguna dificultad en esa pérdida irreparable, quedaba cierta nostalgia que me permitiría volver.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
NUEVA IMAGEN: BETO Y SAÚL
lunes, 8 de diciembre de 2008
DEL POEMARIO TITULADO "POEMAS DE ANTESALA" (1991) - FBA

Lamento comunicarles
que mi corazón aún funciona bien
que mi sangre corre por arterias y venas
que mis gritos siguen siendo gritos
que la memoria me falla por momentos
que el amor salpica las victorias
que la infancia persiste en la repisa
Lamento comunicarles
que estoy vivo
inexplicablemente
Y QUISIERA MORIRME UN DÍA DE LLUVIA
con relámpagos y truenos
un jueves un poco diferente
después de haber gastado la conciencia
en las horas terribles
sin nada en el estómago
sin hacer la siesta
como a las dos
y que me encuentre de repente
libre de los habitantes desdichados
que vendrían sin duda a revisar mi muerte
o será que pasan por alto
como siempre
el silencio abrumador de la lluvia
los sonidos que distancian al hombre de su sueño
para venir a cumplir una cita sin nombre
sin tristeza
SOL
Ganas malditas de escupir en tu pasado mi rabia de ayer
ganas de estar en tus remesas en códigos rebeldes
ganas de sentir en mi rostro las luces de neón de tu ciudad grande
ganas de tu ropa de oficina
por el piso de una habitación de mala muerte
ganas jodidas de perderme absolutamente en ese
momento de placer
ganas de despertar y ver tus nalgas
saliendo por el oriente
ESTAMOS A TIEMPO DE OLVIDAR CÓMO SE FINGE
por una vez asumir el destino de los ausentes
resistir furiosamente el ridículo dolor
aguardándome siempre
produciéndome vida
-lo que también es un decir-
aunque qué haré para acostumbrarme de nuevo a la mentira
a esa quietud simple de las cosas sin nombre
si fingiendo aprovecho la autenticidad
para alimentar mi propia holgura
No soy yo quien deba responder de que la poesía
sea o no una falacia
La verdad es que ya me queda chiquita la muerte
Y no me viene tampoco la tristeza
YO NO SOY POETA NI SOY NADIE
sólo un ser vivo con muchas patas y algo de cerebro
vivo confusamente la vida entre congéneres
he sido un hombre anidado en el letargo
tratando de hacerme de una verdad pavorosa
que me alivie
que me salve de seguir sufriendo equivocadamente
el caos lento donde la música afirma
la crucial alegría
mi constante fracaso
mi universo
y mi asco
UN CONSUELO
Cuando aún cagaba verde
Y mi corazón no reclamaba tu cuerpo
Cuando vivía enfrente del río
Y evadía los teteros de la noche
Cuando tras la cabecera de mi cama
A través del muro se oía el runrún
Del hombre de la cabeza rapada
Esperando que me durmiera
Cuando mi hermano se hacía castigar
Por llevarme al cine a escondidas
Para ver aquellas películas de guerras y aeroplanos
Cuando tenía el alma biche
Y era de pantalones cortos
O en mi cuerpo sin vellos
Brotaba la vida a borbotones
Cuando la felicidad no era pregunta ni respuesta
Ni siquiera una mano que apaciguara los silencios
Cuando aún cagaba verde
Y mi corazón no conocía tu cuerpo
O vivía junto al río
LAS RUTAS DEL ODIO
La poesía es vengarse de la vida y su muerte
no me lo han preguntado
pero la poesía es mi venganza
contra la muerte y su vida
y de paso
contra los dueños de la muerte
y los amantes de la vida
dueños y amantes
amantes y dueños
infelices maniáticos
poseedores voraces
de la suerte del hombre
Por ahora
La poesía es mi venganza
contra la cobardía del acomodado
contra el amor cotidiano y sincero
contra el odio almacenado en el fracaso
contra los maestros que nos insultan con canciones
contra el mar afortunadamente ajeno
como esos cielos
sí
como esos cielos
contra las grandes decisiones de los hombres
contra los muchos crédulos
ilusos sin remedio que con seriedad imprecisa
persiguen la fama o el progreso
o hacen alto en un camino que siempre será inevitable
y doloroso
Ya que me lo preguntan
la poesía es esta venganza solitaria
que me tiene combatiendo